A casi nadie se le ocurriría irse de vacaciones a una plataforma petrolera, pero el príncipe heredero de Arabia Saudita tienen el plan de reconvertir una de ellas en un exclusivo parque de diversiones habilitado para hacer deportes extremos, restaurantes y pasar unos días rodeado de lujo y excentricidades.
El proyecto se llama «The Rig», una idea que simboliza las aspiraciones del gobernante de facto del reino, Mohammed bin Salman: convertir al mayor exportador de petróleo del mundo en un destino turístico internacional y diversificar su economía.
Una estrategia que forma parte del plan de reforma económica Vision 2030 que el líder ha promovido a través del mundo tratando de convencer a los inversores occidentales para que hagan fluir sus capitales hacia el líder petrolero.
El turismo como nueva fuente de ingresos
El gobierno espera que el turismo sea la mayor fuente de nuevos puestos de trabajo en el sector privado, representando el 10% tanto del Producto Interno Bruto (PIB) como del empleo dentro de una década, en un país donde dos tercios de sus 21 millones de habitantes tienen menos de 35 años.
Preparándose para una era pospetrolera en la que el mundo tendría una menor dependencia del crudo en las próximas décadas, Arabia Saudita recientemente ha comenzado a abrir su puertas al exterior.
En 2019 por primera vez el país comenzó a entregar visas turísticas en un reino que históricamente había permanecido encapsulado, salvo cuando millones de musulmanes peregrinan todos los años a La Meca.
Para avanzar en su propósito de estimular el turismo, tendrá que sortear varios obstáculos: no es un destino económico como el sureste asiático; hace un calor abrasador durante ocho meses al año; no hay libertad política ni de expresión; en las calles casi no conviven hombres y mujeres; ni se permite el alcohol.
Notiespartano/BBCNews