El presidente, la vice, el segundo del partido, el psiquiatra y el poetastro, sin olvidar al del apellido compadre, son los que hablan mucho a cada rato anunciando que están investigando, hasta por debajo de las piedras, a los opositores porque, según ellos, aquí todo el mundo conspira contra el régimen.
Si prosiguen en su ley, la revolucionaria, claro, y no poco a poco, en cualquier momento el país se quedará sin gente, los cuarteles sin soldados, los estadios sin jugadores ni espectadores, las grandes galpones sin mercancía porque los llenarán de detenidos y, como bien se sabe, en las cárceles ya no cabe nadie, porque en estas dos décadas y media la delincuencia ha crecido de modo extraordinario, y El Helicoide y La Tumba están full, tendrán que llamar a Bukele para que les recomiende a los constructores del moderno, inmenso y súper seguro penal que ahora alberga a más de veinte mil delincuentes. que antes tenían sometido a todo el pueblo salvadoreño.
Pero, advirtiéndoles, que no será uno, ni dos, ni tres sino más de cien, en su primera etapa. Esto, si como juran los arriba nombrados, son reelectos, cuestión por lo demás imposible, no tanto porque así lo demuestran las encuestas, sino porque les está resultando peliagudo encontrar votos que los favorezcan en las presidenciales.
Cualquiera pensará que es una exageración afirmar que algo parecido pudiera ocurrir si sigue la alocada persecución de adversarios. Pero no. No lo es, puesto que a la vista está lo sucedido con Rocío San Miguel y los coordinadores de María Corina Machado en algunos estados de la república ya que, anterior a estos hechos presos sin mediar sustentación alguna, es larga la lista de detenidos.
Se dice que presuntamente las acusaciones son falsos positivos montados por el propio régimen que también inventa grupos, movimientos y organizaciones para la realización de roda clase de atentados terroristas.
De ser así, escuchando especialmente al siquiatra y al fiscal, que se desgañita el uno lanzando toda clase de epítetos y el otro cada vez se enreda más en sus larguísimas y tediosas explicaciones, entonces en Venezuela las tres cuartas partes de su población conspira.
De la última, más de la mitad también, ya que igualmente se sabe que a la nave roja la han ido abandonando mucha de su marinería, que no quiere estrellarse contra los arrecifes que tienen al frente.
El verse solo, porque se le está rajando la gente, que se cansa de estar rodilla en tierra sacrificándose por los que no se sacrifican por ella, desde luego que les mete miedo.
Terror, mejor dicho, porque ganar, en buena lid, es decir legal, constitucional y democráticamente retener el poder, es un asunto cuesta arriba, ya que la ciudadanía mayoritariamente está solidaria y decidida, en empeño firme y concienzudo, a respaldar a María Corina Machado hasta el final, pues es ella la que fue electa candidata de las mayorías nacionales a la Jefatura del Estado y, por tanto, la única líder de la oposición en Venezuela
“Es que están preñados de malas intenciones”, fue la frase que le escuchamos a la señora que vende empanadas en el terminal. Quiso así explicarle a uno de sus clientes, la continua aparición de los dirigentes del oficialismo anunciando las detenciones.
“Mientras buscan por todas partes a los que llaman enemigos están perdiendo el tiempo, que deberían emplear en resolver problemas, como el de la falta de agua y de la luz”. Su interlocutor preguntó: “¿Por qué perdiendo el tiempo”?
La respuesta llegó inmediata: “Buscar al opositor no tiene ciencia. Le llega la comisión a su casa y lo arrestan.. Pero a la hora de enfrentar la falta de agua, reparten tubitos para que a la gente se los llene la cisterna, si es que llega., despreocupándose por lo que en realidad hace falta.
Y en cuanto a la luz, lo que hacen es cortar, dos y tres veces al día la poca que nos alumbra, en vez de comprar los repuestos necesarios para arreglar las plantas que, de tercera o cuarta mano, nos vendieran los cubanos, cuando había real parejo”.
AngelCiroGuerrero