La genética es la principal responsable de la aparición de canas. Sin embargo, existen otros factores que favorecen su desarrollo y que podemos prevenir siguiendo ciertos hábitos saludables.
Melanocitos. Así se llaman las células que determinan el color de nuestro pelo. Negro, rubio o castaño son los más comunes. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando los melanocitos no trabajan? Podríamos deducir que, entonces, no hay color, pero tampoco queremos expulsar al blanco de este campo semántico de tonalidades. Por ir al grano: si nos hemos referido al pelo y al blanco es porque, efectivamente, vamos a hablar de canas.
Así pues, es la cantidad de melanina la que establece el color de nuestro cabello: a mayor cantidad, más oscuro. Las canas aparecen cuando el pelo carece de melanina, ya sea porque no la tiene o porque la ha ido perdiendo de forma paulatina debido al envejecimiento, que puede verse alterado por diferentes factores. “Es lo que llamamos estrés oxidativo, que es el cúmulo de sustancias nocivas en el ambiente celular. Esto aumenta en situaciones de consumo de alcohol, tabaco, dietas ricas en grasas o falta de ejercicio. Todo ello hace que se envejezca de forma prematura”, apunta David Saceda, dermatólogo y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Más allá de todos estos factores de riesgo, la responsable principal de la aparición de canas es, no obstante, la genética. Al respecto, el especialista aclara que esto implica también a personas jóvenes: “Si tu padre o madre tuvo canas con 30 años, seguramente tú también”.
Isabel del Campo, dermatóloga del Instituto de Dermatología Integral, alude a otras causas que pueden promover el desarrollo de canas:
- Estrés crónico como consecuencia de los cambios metabólicos que conlleva.
- Falta de algunos nutrientes y vitaminas como el hierro, sílice, zinc, cobre y vitaminas del grupo B.
- Enfermedades como hipotiroidismo o anemia perniciosa, que provoca déficit de vitamina B12. Asimismo, puede ocurrir como efecto secundario de algunos medicamentos.
- Maltrato prolongado del cabello: falta de higiene, lavados con agua excesivamente caliente, abuso de secadores o planchas de pelo, etc.
Tipos de canicie
Las canas también podemos agruparlas en diferentes grupos. Del Campo explica que se diferencian de la siguiente manera:
- Canicie fisiológica o de senescencia. Con el envejecimiento, se produce una pérdida paulatina de melanina en el folículo piloso (la estructura en forma de saco donde nace el pelo). En concreto, entre el 6 y el 23% de la población tendrá cabellos canos a los 50 años.
- Canicie prematura. Es aquella que aparece antes de los 20 años en la raza caucásica y de los 30 en la negra.
- Poliosis. Se trata de una canicie localizada que afecta en mechones, tanto a pelo de cabeza, como a cejas o pelo corporal. Suele tener origen hereditario.
- Canicie anular. Aparece en forma de cabellos blancos repartidos por toda la cabeza de modo general.
Cómo prevenir la aparición de canas
Contra el factor hereditario no se puede hacer nada, pero es cierto que seguir ciertos hábitos puede ralentizar la aparición de canicie. En este sentido, los expertos consultados por CuídatePlus coinciden en que, en general, un estilo de vida saludable es fundamental.
Sobre los alimentos, del Campo manifiesta que pueden ayudarnos:
- Alimentos ricos en catalasa (enzima que descompone el peróxido de hidrógeno, responsable de la aparición de las canas). Estos son el aguacate, las zanahorias, la patata, la piña o el melocotón.
- Vitaminas del grupo B. Entre sus beneficios, previene la canicie y reduce la glucosa en sangre. De nuevo, se ubica aquí la zanahoria, además de la coliflor o el pollo.
- Hierro. Este mineral está involucrado en la formación de melanina, de modo que su déficit está también relacionado con las canas. Encontramos en este grupo a las legumbres, el hígado, frutos secos o el marisco.
Por otra parte, debemos evitar en la medida de lo posible el estrés, que “produce alteraciones hormonales que conllevan la pérdida de células madre de melanocitos y que favorecen el desarrollo de canas”, advierte la dermatóloga. Acerca del tabaco y el alcohol, la especialista comenta que no solo deterioran y envejecen el cabello, sino que impulsan la caída y pérdida del mismo.