El río Amazonas, que oficialmente tiene 6.992 km de longitud y fluye por tres países (Perú, Colombia y Brasil), alberga, entre otras curiosidades, más agua dulce por volumen que cualquier otro río, así como la especie de delfín de río más grande del mundo. Sin embargo, entre sus peculiaridades hay una que destaca por su rareza: carece de puentes.
Walter Kaufmann, del Instituto Federal Suizo de Tecnología (Zúrich), ha explicado de forma concisa el motivo de por qué no se han construido puentes en el río más largo y caudaloso del mundo: «No hay una necesidad suficientemente apremiante de un puente a través del Amazonas», sostiene en una entrevista.
Lo cierto es que el río cuenta con muy pocas carreteras principales cercanas a las que poder conectar un puente que cruce al otro lado. Además, las ciudades o pueblos construidos a orillas del Amazonas cuentan con una red consolidada de barcos y transbordadores para el traslado de mercancías y personas, por lo que no existe una necesidad real de levantar estas construcciones.
Kaufmann también señala otro tipo de «dificultades técnicas y logísticas». Por ejemplo, adaptar el suelo y el terreno de pantanos requeriría la construcción de «viaductos de acceso muy largos y cimientos muy profundos», lo que conlleva una gran inversión.
A todo ello hay que sumar además el cambio en el curso del río dependiendo de las estaciones, con «diferencias pronunciadas» en la profundidad del agua.
«El medio ambiente en el Amazonas es sin duda uno de los más difíciles», sostiene este experto. «Los puentes a través de los estrechos también son un desafío si la profundidad del agua es profunda, pero al menos sabes que la construcción es posible usando pontones (estructuras flotantes), por ejemplo», agrega. En cambio, esta no es una solución plausible para la mayor parte del Amazonas, ya que su ancho varía en función de las estaciones seca y húmeda.
Aunque el Amazonas no tiene puentes, sí hay alguno que atraviesa sus principales afluentes. Es el caso del que cruza el río Negro, llamado Ponte Rio Negro, que conecta Manaos con Iranduba. También se está construyendo el puente Nanay sobre el afluente del mismo nombre en Perú, cuya finalización de las obras estaba prevista para 2021, pero finalmente se retrasó y esperan abrirlo a finales de este 2022.
A pesar de estos precedentes, Kaufmann no ve, a corto plazo, la construcción de un puente sobre el Amazonas: «Dudo que esto suceda pronto, a menos que haya desarrollos económicos imprevistos en la región», concluye.