El nombre del mes de septiembre nace por su posición original dentro del calendario romano. Deriva del latín «septem» que significa siete, debido a que en la antigüedad el año comenzaba en marzo.
En el caso de septiembre debe su nombre al puesto original que ocupaba en el calendario romano y así se mantuvo, sin embargo, durante un breve tiempo cambió su nombre a germánico en honor al padre del emperador Calígula.
Septiembre a pesar de su nombre, es el noveno mes del año y además, el que marca el regreso del otoño con el equinoccio que se producirá el 23 de septiembre.