El 19 de abril del 2023 cuando fui nombrado por la Gobernación Orador de Orden de esa fecha memorable decidí hacer un discurso de altura que tuviera como núcleo central la educación y las bibliotecas.
Esas dos temáticas orientadas hacia la formación del nuevo ciudadano que es la esencia de los pueblos y su camino hacia el desarrollo. De verdad les confieso que nunca pretendí perturbar las buenas relaciones entre el Gobierno de Morel Rodríguez Avila y las fuerzas militares ancladas en la isla.
Ese no era el objetivo de esta ponencia sino de hablar del 19 de abril y solo eso y alejarme de las mismas citas discursivas de los personajes que han disertado sobre esas fechas en el devenir del tiempo repitiendo historias y fábulas literarias como hacen siempre los expositores.
Esa ha sido la constante en casi medio siglo de discursos y ponencias en todo el país y en mi segunda exposición ya como Cronista Oficial de Nueva Esparta no podía hacer historia repitiendo y cortando y pegando como hace la mayoría de los ponentes.
Por esa razón y soñando futuro y libertad para mi patria decidí ponerle por título “Por Amor a Venezuela” porque sabía que todo el acto protocolar estaría salpicado de consignas políticas por parte de la clase militar y así fue como había pensado.
Desde el mismo momento que me nombraron como orador jugué a la habilidad y propuse como presentador a Jhonatan Rodríguez, el director ejecutivo de CEVAMAR, Centro Venezolano Americano de Margarita, un margariteño que ha tenido presentaciones importantes en la ONU, OEA y es un venezolano de grandes connotaciones profesionales que ha realizado importantes acciones sociales en distintos países del planeta y en su lar natal Margarita.
Cuando entramos a la Plaza Bolívar de La Asunción el ambiente cargado de consignas, gritos e himnos estaba saturado de politiquería burda y solo nos encomendamos a Dios porque estábamos como cucarachas en baile de gallinas.
Al entrar a la Plaza “Luisa Cáceres de Arismendi” me abordó un General de la Marina de apellido Ferreira para solicitarme el discurso el cual no le entregué porque era mi creación discursiva y solo era de mi propiedad.
Me saludó con mucho respeto por mi condición de Cronista del Estado Nueva Esparta y me increpó a portarme bien que esas fueron sus palabras y le dije que confiara que la historia sería tratada con la altura del momento.
Ya habían solicitado mi discurso a través del Secretario General de Gobierno Vaché Rodríguez Villalba que no solo fue mi alumno en tercer año de bachillerato en el Liceo “Juan Bautista de Arismendi” y no el Liceo Risquez como él dice de vez en cuando, sino que es mi amigo de luchas políticas y de triunfos cosechados.
Afortunadamente tenía un problema con mi Google que estaba saturado por problemas de espacio y no me permitía enviar mensajes, razón por la cual Vaché no pudo recibir mi discurso lo que me indicaba que Dios estaba conmigo para que dijera lo importante quirúrgico para poner una piedrita a favor de la salvación nacional. Era necesario decir algo aleccionador para contribuir a conseguir la libertad a cualquier costo y un título “Por Amor a Venezuela” creía era una contribución intelectual en ese momento cuando la oposición seguía disgregada y sin líder que le tirara una boya para sacarla del mar de la felicidad.
Había conmigo en una especie de monólogo interior y me había dicho “No volveré a ser orador el 19 de abril porque ya he sido dos veces y eso no se estila en esta sociedad” por tanto voy a hacer con estilo literario para pegar un grito en esa Ciudad Histórica del Silencio que parece enmudecida para siempre porque tengo mucho rato que no escucho algún grito que despierte las angoletas dormidas en medio del silencio de la Ciudad.
Por lo menos del lado de los opositores y de los intelectuales que en su mayoría se mudaron a las filas del régimen y de los comunistas que han ladrado siempre y ahora con el poder del gobierno han elevado los decibles discursivos para lanzar loas al proceso.
En ese juego discursivo en el tiempo han gozado un mundo Leopoldo; Culí González, Luis Emilio Romero, Perucho Aguirre, Cruz Rivas, Luis Antonio Rodríguez, Régulo Hernández y tantos otros a quienes les tocó su cuarto de hora en el poder y lo han disfrutado a placer en estos últimos 25 años.
Confieso que no fui a hablar contra el régimen porque no quise descuadrar las relaciones entre el Gobierno de Morel y la Cúpula militar de la isla y eso fue lo que hice en el discurso. La estructura discursiva fluyó hacia el 19 de abril de 1810 como tema central de mi ponencia y lo adorné con la formación de maestros y alumnos críticos para formar una escuela crítica y las bibliotecas como templo del saber.
No fui a pedir incremento de salario para los docentes que andaban por esos tiempos luchando por su reivindicación como siempre, sino a pedir un mayor nivel de conocimientos para que los docentes vayan al aula preñados de información para contribuir a formar ciudadanos de primera y capaces de ser hombres y mujeres críticos en una sociedad maltratada por sus políticos.
Y como docente por más de 30 años con experiencia en la enseñanza de la lengua me correspondía lanzar perlas a una clase docente que debe contribuir a la formación de ciudadanos críticos para poder alcanzar la cima de la ciudadanía.
Si partimos del hecho que los intelectuales se fueron en su mayoría del país y el resto se plegó a las ideas comunistas que tenían guardadas en su alma y le dieron rienda suelta en estos 25 años de tragedia social y económica a su pasión por el comunismo y terminaron confundiendo la gimnasia con la magnesia, es importante que los maestros usaran sus armas pedagógicas para salvar al país.
Eso tampoco lo han hecho los maestros porque era más fácil acurrucarse en el regazo del régimen y dejarse llevar por la corriente sin alborotar a los peces. Por eso mi insistencia en que se formaran docentes críticos capaces de contribuir a la formación de ciudadanos capaces de razonar sobre lo que venía ocurriendo en el país en tiempos cuando se acabó con la libertad de expresión y las escuelas fueron convertidas en centros de adoctrinamiento ideológico con libros y contenidos cargados de elementos socialistas.
Por eso dije en el discurso “No vine a pedir aumentos salariales para los maestros, solo vine a pedir el diseño de una sociedad crítica”.
Y la otra temática que toqué a grandes rasgos fue la asistencia de los ciudadanos y de maestros y estudiantes a las bibliotecas como templos del saber porque ni siquiera los directores de escuela van a los libros para formarse, sino que esta sociedad se convirtió en acumuladores de certificados de magister, doctorados y diplomados que solo ocupan espacios en cuadros de exhibiciones sociales.
Por eso toque el tema de las bibliotecas como centro del saber porque con el tema de la tecnología la gente cree que los ciudadanos van a leer los libros digitales y esa es una mentira capital porque los estudiantes y los mismos maestros usan las computadoras solo para trajinar los caminos de las redes sociales y solo eso.
Esa es la razón por la cual las grandes naciones vienen de regreso al libro como el centro del universo del conocimiento, pues es evidente que esa es la fórmula para formar cerebros inteligentes.
Al final esas dos temáticas trastocaron el mundo militar ese 19 de abril de 2023 hasta el punto de hacer una mesa de deliberaciones para estudiar mi discurso desde el título hasta la última cita textual y solo podían conseguir tres o cuatro elementos: 1). Mi afán de libertad. 2). La Visión crítica del docente y los alumnos. 3). Las bibliotecas como centro del saber. 4). Y una crítica a los oradores que han repetido en el tiempo los mismos discursos de cortar y pegar.
Esa fue mi única intención de reflexionar sobre una visión de país y que logró lo que yo nunca quise la ruptura de las relaciones Gobierno de Nueva Esparta y militares acantonados en la región.
Por eso recordé a mi profesor de Evaluación en el Pedagógico de Caracas “Cuando te den la oportunidad de ladrar en algún discurso no dejes la oportunidad para que otro ocupe tus espacios”, pues es evidente que no podemos ir de espacio y espacio discurseando para no dejar huellas que la sociedad pueda tomar por lo menos alguna cita textual para trascender en el tiempo, pues como dijo Pablo Neruda “ No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar”.
Encíclica/ManuelAvila