Morel Rodríguez Ávila es un líder político serio y responsable. Nadie puede negarle esa virtud, que en definitiva, junto con firmeza, honestidad y entrega, se ha dedicado a trabajar por el pueblo insular, así como su férrea postura democrática, le distinguen y por ello probadamente su figura está arraigada en la mayoría insular. Hombre de compromisos que siempre ha aceptado y cumplido, dado al diálogo, con un mensaje claro, buscando el entendimiento, es igualmente un conductor de pueblos al que, sin duda, preocupa el acontecer nacional y por tanto llama a la unidad tan necesaria en estos tiempos duros y difíciles, para el reencuentro que facilite el indispensable análisis que determine, de una vez por todas, el verdadero qué hacer por una mejor Venezuela.
En ese lineamiento estriba su accionar dentro del gobierno que preside y al que llegó llevado por el pueblo que lo buscó, lo hizo su candidato y le votó mayoritariamente. Respetado por todas las fuerzas políticas, con suficiente apoyo en los sectores de la sociedad insular, porque ofreció y lo está poniendo en práctica un gobierno de inclusión, de democrática participación, trabaja con tesón de carbonero para sentar las nuevas bases en las cuales descansará la promesa de regresar a Nueva Esparta el progreso y desarrollo perdido. Disciplinado, metódico, reflexivo, prudente y con un equipo que le secunda de manera eficaz y eficiente está, sinceramente, cumpliendo con lo ofrecido en su campaña electoral, que no fue de ofertas faraónicas, sino de reales concreciones.
Su programa de gobierno marca lo que debe hacerse para que ese propósito se cumpla ordenadamente, sin dilaciones, porque previsto están los modos en que se acometerá los planes sociales, fundamentalmente, y las realizaciones estructurales que demandan ser construidas, pero dentro de las previsiones presupuestarias, de estricto acuerdo a lo que indica la ley pero también estrictamente llevado por prioridades. Son líneas maestras, así quedaron definidas, las que encierra el documento que presentó al pueblo y que el pueblo le aprobó eligiendolo su gobernador. Allí están, bien definidas, la visión y la misión con las cuales va gobernando, que tienen por única finalidad el engrandecimiento insular, que por igual quiere decir lograr de nuevo la mayor y mejor calidad de vida al pueblo de Margarita, Coche y Cubagua.
Dijo que regresaría la cesta alimentaria y el tren de la salud, y ya se están repartiendo y prestando la asistencia a los habitantes de los once municipios, que reciben gratuitamente ambos servicios, por citar dos de sus programas sociales que fueron sumamente exitosos en sus anteriores gestiones -hasta imitados por los gobernadores oficialistas fueron- y que el pueblo insular todo recordaban y anhelaban regresar. Y así ha sido. Pero Morel Rodríguez Ávila ha realizado en los diez meses que lleva de gobierno otros planes y programas que le califican como uno de los mandatarios que, en tan poco tiempo, ha demostrado trabajo, dedicación y, sobre todo, responsabilidad. Mantiene unas relaciones de respeto, muy productivas para Nueva Esparta, con las autoridades nacionales, donde se le aprecia como uno de los líderes democráticos de mayor prestigio y obra buena para su pueblo, por el cual y para el cual está presente en todo escenario donde lleva sus planes favorables a su región.
El gobierno nacional lo conoce bien. Y eso es muy importante para que resulten positivas, como hasta el momento han sido, las relaciones que se han dado con el Ejecutivo teniendo, como en efecto son, la defensa de los intereses de los neoespartanos siempre en primer lugar. Lo cual está a la vista de todos y que todos pueden comprobarlo.
Se puede decir, sin temor alguno a equivocarse que, pasó a paso y con firmeza, Morel Rodríguez Ávila le va construyendo las sólidas bases para que Nueva Esparta tenga, pronto, un mejor futuro. Con confianza, se puede apostar que lo logrará, se puede estar seguro.
AngelCiroGuerrero