Cuando Venezuela atraviesa la peor crisis de su historia con miles de ciudadanos muriendo de hambre y desnutrición los políticos tienen en la mira el proceso eleccionario del 2024.
Hacia allá va la mirada de gobierno y oposición. Saben los dos bandos que la economía nacional feneció hace rato y no encuentra el gobierno la fórmula mágica para pagarle el elector los favores electorales.
Caminamos hacia un destino incierto porque las políticas económicas y sociales cabalgan sobre las olas de una nación atrapada en su propia madeja populista.
No es posible que la mayor parte de los políticos le hayan vendido el alma al Diablo por un paquete de arroz. Esa parece ser nuestra realidad que no escapa a la miseria y la ignorancia como instrumentos quirúrgicos para reclamar nuestros derechos constitucionales.
Pareciera que nuestros representantes políticos ignoraran los acontecimientos que mantienen a Venezuela contra la pared entregando nuestras armas de la razón a cuenta de nada.
Es solo una jugada rara que se ve como totalmente gratis, pero en el fondo la lucha política sin sentido mantiene en jaque a una oposición que con el 69% a su favor en las encuestas no sabe resolver las distancias tan abismales entre uno y otro.
Y no terminan entendiendo que el único objetivo es salvar al país y no acumular riqueza para cuatro zánganos que pretenden conseguir riqueza fácil a costa del voto del elector pendejo.
De ningún lado salen los líderes estudiantiles porque todo el mundo agarro sus bártulos y se mudó a otras tierras a buscar salvación a la pandemia. Sin dudas que entre la pandemia y la crisis se formó un capital humano que habla por si solo el lenguaje de la política.
Creer que llegará un hombre o una mujer con virtudes extraordinarias a rescatar al país solo es parte de los sueños que genera el hambre de los pueblos.
No aparece por ninguna parte la figura mítica que nos ayude a salir del Karma rojo que tiene rato danzando por los caminos de Venezuela y galopando a caballo como el Libertador, pues la oposición dividida por la vía judicial con una decisión desde el TSJ y su sala constitucional devino en unos partidos alacranes que navegan cerca del gobierno y piensan como oposición.
Esa mutación política generó líderes sin credibilidad que juegan para sus beneficios personales y no entienden que el futuro nacional se va por un precipicio de gran profundidad.
De los sacrificios de los políticos de otros tiempos que se fueron al exterior huyendo de las dictaduras no quedó sino pura historia guardada en libros y fuentes hemerográficas, pero que ninguno de los activos políticos del momento descubre para iniciar una verdadera cruzada para rescatar al país.
No hay espíritu de sacrificio y los que se fueron al exterior perdieron contacto con la realidad nacional y viven ostentosamente en urbanismo americanos, colombianos, panameños, argentinos o chilenos desde solo se comunican con el país por las redes y solo eso.
A nadie le importa el país porque que podemos decir de hombres como Julio Borges y Leopoldo López que después de ser líderes de sus partidos se perdieron de la rada nacional para convertirse en odiados personajes que hasta en sus organizaciones reciben el repudio de sus compañeros de tolda.
Por supuesto esas decisiones repercuten en sus partidos que perdieron su capital político y se redujeron a clubes de amigos, pues los votantes perdieron el contacto con esa emoción que generaron esos partidos en el pasado reciente.
Ahora cuando el famoso G4 pretende elevar la voz para hacer primarias para montar de nuevo su trampa para sus candidatos y negocios la gente ni los mira porque ese grupo se extinguió por las jugadas trampeadas realizadas el #21N.
Pretender realizar elecciones primarias con los mismos 4 protagonistas eso mata de plano cualquier intento de unidad nacional, pues evidente que solo quieren los tipejos de las 4 organizaciones revivir aquellos momentos oscuros cuando los partidos de la mafia política ponían y quitaban gobernadores, alcaldes, diputados y concejales. No compadre ese momento está guardado en los libros de historia con resaltadores para que más nunca los venezolanos caigan en la trampa electoral.
Esos tiempos de Capriles, Leopoldo, Rosales y Henry Ramos ya quedaron sepultados y deben aparecer otras opciones que convenzan a los venezolanos que el sentido de la Unidad Nacional ya no es un conuco de los 4 zares de la política nacional.
Es por eso que la judicialización que dividió a los partidos políticos hay que verla con sumo cuidado porque no solo fue que impactó en el alma nacional haciendo añicos la partidocracia venezolana, sino que abrió los ojos del fanatismo partidista y dejó fuera del ventajismo político a quienes en las regiones se beneficiaban de las decisiones del G4.
Ahora la lucha está en cero y deben las cúpulas políticas caraqueñas que buscar un punto de encuentro para que la gente crea en ellos o se perderá de nuevo la República y seguiremos prisioneros de una caterva de tipejos que consiguieron la fórmula mágica para envolver al país en un circo de mentiras y falsas premisas que han convertido a Venezuela en tierra de nadie.
Encíclica/ManuelAvila