El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, aseguró este viernes que logró detener un golpe de Estado que el crimen organizado buscaba ejecutar en su contra en las dos primeras semanas de enero, cuando ocurrieron una serie de atentados y acciones violentas, incluida la toma del canal TC Televisión por parte de un grupo armado durante una emisión en vivo y motines simultáneos en diversas cárceles.
Durante la clausura de la segunda Conferencia Internacional de Consenso para la Seguridad Penitenciaria y Ciudadana, organizada por el Gobierno de Ecuador y la Unión Europea (UE) para buscar soluciones a la crisis de violencia del país andino, Noboa señaló que las bandas criminales «trataron de desestabilizar al Gobierno de todas las formas posibles».
«Pero una mañana decidí declarar el ‘conflicto armado interno’, una decisión que uno va a llevar toda la vida», señaló Noboa sobre el estado de excepción que decretó el 9 de enero para combatir al crimen organizado y que el jueves decidió prorrogar por treinta días más.
Esa medida implicó el despliegue de las Fuerzas Armadas en apoyo de la Policía, principalmente para intervenir las cárceles del país, muchas de ellas controladas hasta ese momento por las bandas criminales, cuyas rivalidades causaron una serie de masacres carcelarias desde 2020 donde más de 450 presos fueron asesinados.
Esa violencia entre los grupos de delincuencia organizada, principalmente dedicados al narcotráfico también llegó a las calles hasta hacer de Ecuador uno de los países más violentos de Latinoamérica con unos 45 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2023.
«Décadas de abandono»
«La crisis carcelaria que heredamos es el resultado de décadas de abandono. Los grupos de delincuencia organizada se habían repartido literalmente los pabellones de las diferentes cárceles del país, todo a su beneficio. Los criminales tenían todo tipo de armamento, municiones y explosivos, y por ello cada amotinamiento era una guerra prácticamente difícil de controlar por parte de nuestras fuerzas de seguridad», recordó Noboa.
El mandatario incidió que dentro de las cárceles las bandas contaban con grandes arsenales de armas, municipios y explosivos, «mejores inclusive que los de las Fuerzas Armadas», y también «tenían una conectividad (de internet) impresionante».
«Desde ahí se fabricaban los crímenes y el sicariato (asesinato por encargo). Las cárceles eran su centro de operaciones para delinquir, eran sus bases. Querían estar ahí. Hoy hemos cambiado esta realidad controlando estos centros de detención», aseveró.
El jefe de Estado afirmó que ahora, bajo control militar, las cárceles lucen limpias y ordenadas, los presos hacen deporte y tienen disciplina, «algo nunca visto antes en las cárceles», y también cuentan con una comida completa, lo que antes estaba sujeto al pago de cupos a la organización criminal que controlaba cada pabellón.
«Pacificar las prisiones no ha sido una tarea fácil. Yo personalmente he estado en un cruce de amenazas de líderes narcoterroristas que amenazaban a mis hijos, a mis padres y a mi familia. Llegamos a tener 170 rehenes y los sacamos a todos vivos», dijo Noboa sobre los motines carcelarios, donde al menos un guardia penitenciario falleció.
«Una vez que se vio un accionar fuerte y no común, cambiaron. El jefe de los sicarios de Los Lobos salió en un vídeo peinado y con una camisa blanca, que parecía una publicidad, hablando del Tratado de Ginebra y derechos humanos cuando tenía a 40 rehenes (en la cárcel de Cuenca) y controlaba a 60 sicarios», añadió.
Reitera respeto a DD.HH.
Noboa indicó que en ese momento «tocaba tener una fortaleza diferente al pasado» y reiteró que en todas las actuaciones se han respetado los derechos humanos, si bien varias organizaciones han denunciado presuntos excesos de militares durante sus intervenciones a las prisiones.
«Lo que no vamos a tolerar es que se usen los derechos humanos como un escudo para que ellos puedan asesinar a quien quieran y que nuestra policía y Fuerzas Armadas estén aguantadas, sufriendo todo tipo de ataques y acusaciones. Eso no lo vamos a soportar», aseveró el presidente.
«Vamos a proteger los derechos humanos y el derecho internacional, respetando principalmente la vida de los que se la juegan: la policía, los militares y todos nosotros, como algunos que estamos sentados aquí. La fiscal (general) es una de ellas, recibe amenazas todos los días, igual que yo», agregó.
El gobernante señaló que su Gobierno está «acabando con los privilegios que han tenido en los últimos años estos criminales, muchos de ellos en contacto con políticos y grupos empresarios muy grandes, incluidas empresas multinacionales, pero eso tiene que parar».
Noboa se definió como «un presidente improbable al que muchos creían que estaba un poco loco» cuando el año pasado se presentó con 35 años a las elecciones presidenciales electorales y se convirtió en el presidente más joven de la historia democrática de Ecuador.
Notiespartano/EFE