Las técnicas de biofeedback, y más concretamente el neurofeedback, utilizan instrumentos que nos dan datos, casi de forma prácticamente inmediata, de la actividad del cerebro. Nos dan información, feedback, en tiempo real de las ondas cerebrales que aparecen en la persona. Así, hoy queremos hablar de su aplicabilidad en la depresión, porque el número de personas con este trastorno está aumentando de manera exponencial.
De hecho, la OMS (2020) considera a la depresión como una de las epidemias del siglo XXI. Probablemente, la depresión sea la entidad clínica con mayor prevalencia. Además, es padecida por personas de todas las edades, aunque parece estar castigando de manera especial a las más mayores. Un 20 % de la población mundial la padecerá a lo largo de la vida.
«La depresión es una prisión en la que eres tanto el prisionero, como el cruel carcelero».
-Dorthy Rowe-
Una aproximación al concepto de depresión
Según la CIE-11 (OMS), que es el sistema que clasifica las diferentes enfermedades, la depresión es un periodo de al menos 2 semanas caracterizado por el estado de ánimo deprimido prácticamente cada día, así como el déficit de interés en las actividades cotidianas. Entre los síntomas que se producen podemos encontrar los siguientes:
- Sentirse inútil.
- Sentirse culpable.
- Estar desesperanzado.
- Pensar de manera frecuente en la muerte o en el suicidio.
- Alteraciones en los patrones de apetito y sueño.
- Conductas motrices agitadas o enlentecidas.
- Fatiga, cansancio y disminución de la energía.
Para Belloch (2022), a la hora de evaluar este cuadro clínico, se deben tener en cuenta dos síntomas: la tristeza y la anhedonia. Este último síntoma consiste en que a las personas con depresión les cuesta experimentar el placer o el interés de cosas que antes les agradaban.
«Bajo un estado de depresión, un paciente puede tomar decisiones precipitadas, debiendo el clínico aconsejarle que posponga cualquier decisión crucial hasta que esté en remisión».
-Amparo Belloch-
¿Qué es el neurofeedback?
El neurofeedback es un método de entrenamiento. Así, le permite a la persona obtener información precisa y en tiempo real de sus ondas cerebrales. Esto se produce gracias a la utilización de un electroencefalograma (EEG) o una imagen por resonancia magnética (fMRI). Gracias a la información que el propio paciente recaba sobre sí mismo, puede aprender a regular sus ondas cerebrales con el objetivo de encontrarse mejor.
El procedimiento es el siguiente. En primer lugar, se colocan los electrodos en la cabeza del paciente con el objetivo de obtener la información. Posteriormente, los datos obtenidos son procesados por ordenador y enviados a un monitor que proporciona señales visuales y auditivas. Estas señales constituyen el feedback que es utilizado por el paciente.
El objetivo del entrenamiento en neurofeedback es que el paciente consiga aumentar y reducir la actividad que aparece en el monitor, es decir, autorregularse.
«Las áreas corticales del cerebro producen ritmos diferentes, que son observados como señales desde un registro electrónico o EEG».
-Alexandra Fajardo-
Un nuevo estudio sobre el uso de neurofeedback para la depresión
Una investigación reciente del doctor David Linden aporta nuevos datos sobre este tipo de intervención. Es prioritario aumentar la eficacia, la eficiencia y la seguridad que ofrecen las intervenciones de las que disponemos actualmente.
Es urgente porque, como hemos mencionado, el número de casos de depresión está creciendo exponencialmente, y no así, por ejemplo, los recursos especializados que las personas tienen a su alcance.
Neurofeedback mediante EEG en depresión
¿Qué áreas cerebrales se relacionan con la depresión? La investigación apunta a que la corteza frontal izquierda está involucrada en las conductas guiadas por emociones reforzantes; mientras que la derecha juega un rol en las conductas guiadas por emociones aversivas. Así, en la depresión, parte del área frontal estaría muy poco activada en comparación con la población no clínica.
El objetivo es disminuir las ondas alfa en la zona del hemisferio izquierdo cerebral y aumentarlas en la zona derecha, para así poder equilibrarlas. Las ondas alfa se dan en momentos en los que nos encontramos en calma. Aparecen cuando nos sentimos relajados y la actividad de nuestra mente es baja.
Los resultados de la aplicación del neurofeedback en la depresión son prometedores. Así, se han encontrado mejorías que podrían ser superiores a las de la psicoterapia, aunque se necesita más investigación.
Neurofeedback mediante resonancia magnética en depresión
La resonancia magnética funcional (fMRI) proporciona imágenes de las regiones cerebrales que se encuentran activas al realizar una tarea. Es una vía extraordinaria para el estudio de las redes de conexiones entre neuronas que se activan en la depresión. El fundamento de esta técnica es que «si conocemos qué redes se activan y cómo lo hacen, podemos intentar autorregularlas».
En el protocolo desarrollado por Linden (2022) se encontraron áreas que se activaban ante estímulos de valencia positiva y negativa. El objetivo de la intervención consistió en potenciar la activación en algunas áreas determinadas. En concreto, hablamos de la corteza prefrontal ventral y del sistema límbico.
Para ello, los pacientes visualizaban pantallas en las que podían ver el nivel de activación de las áreas relacionadas con las emociones positivas. El objetivo del entrenamiento era aumentar su activación mediante el feedback proporcionado. En concreto, se realizaron periodos de entrenamiento y descanso, de 20 segundos cada uno, durante un total de 20 minutos.
¿Cuáles fueron los resultados?
El tratamiento se aplicó en 4 sesiones por semana. Tras la aplicación del protocolo, se observó que el neurofeedback ayudó a los pacientes a ser más conscientes de lo que ocurría a su alrededor, y también en su interior.
La depresión en uno de los trastornos más limitantes. Por esta razón se están investigando nuevas formas de intervención que faciliten la recuperación. Aún es necesario seguir investigando en esta línea de tratamiento mediante neuroofeedback, porque los resultados son prometedores.
«Los efectos clínicos del estudio piloto fueron prometedores. Los pacientes del grupo de neurofeedback mejoraron aproximadamente un 30 %».
-David Linden-