El hijo de Chebo Mago y Antonia fue al Pedagógico de Caracas a estudiar Geografía e Historia y lo consiguió con excelentes calificaciones en una vida estudiantil que mostraron al pedagogo roblero como un potencial educador de alto nivel.
Pero Ramón Mago Ferrer el profesor que dio sus primeros pasos en un liceo de nivel como el Liceo Vargas de Pariata donde formó a muchas generaciones de varguenses.
Esa fue la casa del conocimiento donde el profesor Mago Ferrer dejó huellas importantes para que en el Litoral los alumnos de esa generación que lo vio crecer como docente lo valorara y reconociera como uno de los grandes de la enseñanza.
Ahí laboró Moncho por un buen rato hasta que recibió el llamado de la Zona Educativa de Vargas para que ocupara la dirección del Liceo “Narciso Gonell” de Las Casitas de Catia La Mar.
Vivía yo en casa de Simón Reyes y mi tía Ylba en La Soublette y sabiendo que estaba un roblero en la dirección del plantel me presenté a esa institución para saludar al paisano que me atendió con la esplendidez de un hombre humilde a toda prueba y que el ver a un roblero sentía la emoción de los habitantes de este pueblo de Margarita.
Estaba recién inaugurado el Liceo Gonell y promediaban los años 69 cuando comencé a estudiar en el Pedagógico de Caracas y era un apasionado del deporte y en esa casa de estudios estaban los grandes volibolistas de Vargas y un club de gimnasia de alto nivel que tuvo grandes figuraciones en el deporte varguense.
De la mano de Moncho hice mi primera suplencia en educación y a otro gigante roblero también director de escuela y liceo Frank Luis Brito que tenía vara alta en la educación y la política litoralense acudí en una oportunidad para dar unas clases en un colegio privado que el dirigía con el nombre de “Madison”.
Con Mago Ferrer y Frank Luis me topé en aquellas tierras litoralenses y los dos me atendieron como se atiende a los coterráneos en espacios alejados del terruño.
Por eso siempre tuve buena química con Moncho Mago como lo conocimos en Los Robles y que los pilarenses de su época lo conocieron como “Moncho Catapun” para aludir a alguna vivencia juvenil de sus años celebrando las fiestas. patronales del pueblo.
Se casó Moncho con la prima Mireya Rosas, la hija de la Albina Rosas y se llevó una de las flores más bellas del pueblo que siempre lo acompañó y representó en el tiempo que le correspondió vivir.
Con ella hizo una familia bella con sus hijos siempre integrados desde su casa de Los Corales hasta el Platanal Bananal de Los Robles donde Moncho soñaba cada año con venir a su pueblo en las vacaciones escolares y decembrinas a disfrutar de su pueblo.
Y es que Moncho amó a su pueblo siempre y quería a sus amigos como nadie con un afecto increíble que repartía a manos llenas para acumular más amigos a su fardo.
Ayer hojeando el libro de Moncho Mago “Los Robles en Décimas y Versos” que publicó la Alcaldía de Maneiro el 7 de octubre de 2005 y que me obsequió el profesor el 11-10-05 con la de dedicatoria “Para el amigo Manuel Avila” de Ramón Antonio Mago Ferrer, encontré mucha sabiduría escrita en décimas y me llevó a la reflexión, por qué Moncho Mago profesor de historia hizo su obra en versos si nada tenía que ver con la literatura y el canto.
Y me puse a imaginar que ha podido ser por su cercanía y amistad con Vicente Emilio Avila, el alacrán de Los Robles, pues el hijo de Chu Avila que era un hacedor de judas que por años no solo jugó al envite y al azar, sino que hizo los versos del testamento a los muñecos que quemaban en el pueblo, investigó sobre palabras manejadas en el lenguaje roblero y vivió inventando cuentos de caminos que rayaban en lo hiperbólico y lo ancestral maravilloso heredado de su padre el guyacán roblero Don Jesús Avila.
A lo mejor brotó de esa relación de la amistad de Moncho y Vicente hacer su libro “Los Robles en Décimas y Versos” donde reposa parte de la historia de este pueblo de paso que tanto amó.
En ese texto escrito en décimas Moncho Mago descubre la realidad histórica de su pueblo en su fundación, el roblero aventurero, la Ceiba, los estudiantes, lo que dicen del roblero, los aguinalderos, Cucha la maraquera, aguinaldos a Chaneco, Las Piedras de Nila, Mis antepasados, los amigos, las calles de Los Robles, la educación, la iglesia, a la Virgen del Pilar, San Judas Tadeo, 12 de octubre, Por eso siempre el roblero, dos sacerdotes robleros, la Cruz de la Ermita, A la maestra Luisa Rosas de Velásquez, Los Robles en la Independencia, División Político-territorial, asuntos sanitarios, aparecidos, aspectos culturales, clubes y centros sociales, Danzas Los Robles, periodistas, folkloristas y canta-autores, Llegaron los caballitos, políticos y personajes, poetas y escritores, servicios públicos.
Todo un compendio de datos históricos que desvisten al pilarense para mostrarlo al mundo tal como es para que la gente conozca a los habitantes de este pueblo de lo real maravilloso americano donde han existido en el devenir del tiempo figuras legendarias, hombres buenos y otros malvados y con estilo particular de hacer y deshacer las cosas del mundo.
Entre Moncho Mago y Mago Ferrer hizo la vida el profesor de Geografía e Historia entre La Guaira y Margarita que dejó aportes importantes a su comunidad y fue capaz de resaltar las bondades de su pueblo Los Robles en una manera inusual e inédita de construir un libro que forma parte de los tesoros de la historia roblera.
No sé si los pilarenses valorarán el trabajo de Moncho Mago porque como la mezquindad y la hipocresía tienen rato que tiraron su rezón en tierra de la Virgen del Pilar es posible que muchos desarraigados personajillos vean el trabajo intelectual del hijo de Cebo y Antonia como un simple saludo a la bandera y no como una obra de envergadura donde convergen lo sagrado y lo profano en un trabajo de investigación donde la historia, las costumbres, las tradiciones y la geo historia se entrelazan para sembrar de conocimientos a un pueblo que hace mucho rato cambió conocimiento por pantallería y donde cada hipócrita evalúa y critica sin cesar su pasos caballados que exhiben cada octubre como símbolo inequívoco de la reculada del chivo.
Por eso la obra “Los Robles en Décimas y Versos” llena un vacío del conocimiento histórico y aunque por retazos cae en lao cosmético histórico de manejar fechas puestas sobre el papel por piratas y filibusteros de la historia, no quedan dudas que es una obra de consulta obligada que debe ser estudiado por nuestros estudiantes para limpiar de polvo y paja las mentiras piadosas historicistas que muchos patentan en las redes sociales como grandes verdades sobre la historia de este pueblo de paso que forma parte de la historia del colonia, la Independencia y la evolución de un pueblo que ha hecho grandes aportes al desarrollo de Nueva Esparta y como dijo Moncho Mago en su obra:
“Que matábamos un chivo/ y sacábamos dos cueros/decían de los robleros/con un tono despectivo/ y con algo de ofensivo/ que para robar vacas/ les poníamos alpargatas, /que para ver verde el abrojo/ les poníamos anteojos/ eso el pueblo lo relata”.
Encíclica/ManuelAvila