Dicen que Las Vegas es la ciudad del pecado y de los vicios, del juego y de la marihuana y también dicen “que todo lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas” y es que allí está su verdadero secreto.
Y lo señalo porque en ese supuesto desorden de vicios, de juegos y de pecado, se encuentra una ciudad vibrante. Una pequeña gigante en pleno crecimiento y desarrollo, ordenada y segura, de 800 mil ciudadanos alegres, amables y respetuosos, con una economía vertiginosa, el PIB más alto de todo Estados Unidos y un paisajismo que no permite olvidar que estás en un valle rodeado de una cadena montañosa, en el centro del desierto del Mojave, que se tiñe de blanco en el invierno.
Precisamente allí, en las Vegas, nos reencontramos con dos margariteñas, periodistas para más señas, dirigiendo el canal de televisión más importante de la ciudad: Telemundo Las Vegas, que se encuentra aproximadamente a 5,842 kilómetros de Porlamar.
Marialcy Carreño y Jacqueline Dos Ramos, la primera directora de información del canal y la segunda reportera. Lo que demuestra el talento y la calidad de estas profesionales provenientes de la última y más pequeña isla de las Antillas: Margarita.
No todo es fácil, tuve que empezar por lo más humilde haciendo arepas
Marialcy comenta que llegó a Estados Unidos en el 2008. “Yo trabajaba en RCTV como productora de alerta, productora de “La Entrevista”, “Habla La Calle”, con Marieta Santana.
“Luego que paso todo lo del cierre del canal decidí irme porque tuve un divorcio momentáneo de mi carrera y pasé por unos momentos muy difíciles porque aquí no podía ejercer al perder lo más valioso que tiene un periodista como es la objetividad y pensé que así no podía trabajar y me dije: ¡tengo que salir de esto y me vine!”.
“Yo empecé el trámite migratorio desde Venezuela y me fue bien gracias a Dios”. Explica Marialcy que trabajó con una abogada que se consiguió en Miami, en una oportunidad que estuvo de vacaciones en el 2007, y comenzó a legalizar toda su documentación “para ver si se abre esa puerta” y se regresó a la isla.
“Mi Green Card me la aprobaron cuando yo todavía estaba viviendo en Venezuela. Por lo que llegue a los EEUU siendo muy afortunada y ahora es que me doy cuenta. La gente por lo que más lucha es por tener los documentos Y yo, ya los tenía”.
Relata Marialcy que, a pesar de ser tan afortunada llegó en un año que la economía de ese país estaba en crisis 2008 y 2009. Fueron años de recesión económica y un momento muy difícil para encontrar trabajo. “Por lo que estuve haciendo arepas en Miami, no me pagaron el sueldo. Pase por todas las desventuras de un inmigrante. Aunque cada cuento es diferente porque tu realidad, la que te hizo salir de tu zona de confort, es solamente tuya”.
Hay gente que no me cree por todo lo que ha pasado, agrega Marialcy. Once años después, le dicen pero que bien te va, que bueno, éxitos. “Pero no es así. Uno tiene que pasar su proceso, y se ríen porque piensan que es mentira. Uno recuerda el camino recorrido con nostalgia, porque el final es satisfactorio”.
“De hacer arepas en Florida me mudé a California y empecé a trabajar en un Univisión en el 2010 hasta el 2014, Ese año empecé a trabajar en Telemundo, en San Francisco, hasta el 2017”.
En ese momento, agrega, la promovieron y pasó de Productora Ejecutiva a subdirectora de noticias en Telemundo Dallas, Texas.
“Viví en Texas y luego me pasaron a Las Vegas, Nevada, como directora de Noticias de Telemundo y aquí llevo ya cuatro años”.
Logré mi visa por talento por mi profesión
Por su parte Jacqueline Dos Ramos llegó a Estados Unidos en el 2015, todavía en el proceso de legalizar su documentación, hacer sus papeles, “y tuve la bendición de lograr mi visa por talento, por mi profesión, que creo que es una de las cosas más divinas que le puede pasar a un periodista”.
“Cuando llegue a los Estados Unidos me fue muy difícil entrar en los medios, por más que tengas una trayectoria, por la cantidad de acentos que hay y la calidad de los profesionales que está trabajando. Por lo que mi primer trabajo fue en una oficina de créditos hipotecarios, con la que todavía hoy tengo contacto, porque, además, yo soy administradora de empresas”.
Sin embargo, dice Jacqueline, que no se encontraba contenta en lo que estaba realizando y empezó a “montarle una cacería” a Carlos Acosta, quien también es margariteño y hermano de Daniel Oivares, a quien conocía y le escribió diciéndole que necesitaba hablar con su hermano. “Carlos fue increíble, fue mi primer jefe en los medios, en EVTV”.
Allí estuvo trabajando dos años, señala Jacqueline, pasa a Estrella TV, para luego irse a Telemundo Las Vegas “y otra vez me toco una jefa, una margariteña, por lo que he sido increíblemente privilegiada”.
“Lo más valioso ha sido conocer muchísima gente y muchísimas realidades”
La experiencia laboral que vive en Las Vegas es maravillosa asegura Marialcy
“Yo estoy enamorada de mi trabajo. Adoro mi carrera. Siempre he dicho que el periodismo es el gran amor de mi vida y me gusta apasionadamente. De verdad disfruto mucho lo que hago y creo que por eso he alcanzado metas importantes para mí”.
Y amplia que “aquí he tenido la oportunidad de entrevistar a muchísima gente de conocer historias. De hacer un periodismo diferente, porque acá se mantiene el principio básico: libertad”.
“Venimos de mundos similares, y eso para mí ha sido un descubrimiento, profesional y personal aquí en Estados Unidos”. “Yo siempre he visto a los periodistas como servidores públicos. Es un servicio Público. Darle voz a la gente en sus problemas cotidianos en este país que está lleno de tanta mesclas y realidades que uno no conoce. Es una apertura cultural importantísima”.
“Se trabaja de forma diferente porque aquí no puedes llegar a colocarle, a una persona, un micrófono en la cara porque sí. Es un poco más burocrático, si se quiere, en muchos sentidos, pero la esencia sigue siendo la misma: libertad”.
“Aquí tengo libertad de explorar temas, de analizar cosas y de conocer sobre todo. Creo que lo más valioso ha sido conocer muchísima gente y muchísimas realidades. “Vivimos en una comunidad hispana enorme donde convergen muchas nacionalidades y siempre digo, si nosotros en lugar de buscarnos las diferencias, buscáramos las similitudes, somos más parecidos de lo que queremos reconocer a veces”.
Me duele mucho no poder hacer lo que más amo en la vida en mi país
Jacqueline rememora sus tiempos cuando tenía el programa de radio en Margarita. A las afueras de la emisora la esperaban siempre los tupamaros que no estaban de acuerdo con lo que ella decía en el programa, porque tenía una visión y un pensamiento diferente al gobierno, «y en Estados Unidos las cosas son definitivamente diferente: la libertad total».
“Todo queda al lado de lo que la gente quiera decir y no tienes ningún problema, de un lado o del otro. Se puede investigar cualquier caso, o demostrar una realidad que se esté viviendo porque existe libertad de expresión”.
Para mí ha sido muy duro encontrarme con los migrantes, comenta Jaqueline, aunque no sean venezolanos, son latinos, son hermanos y todo lo que las personas tienen que pasar para llegar a este país.
“Sus historias de migración son muy muy duras, pero cuando a través de tu trabajo le puedes dar una palmadita en la espalda, un abrazo en un momento difícil, creo que eso vale cualquier traspié que tengas en el camino haciendo esto que es difícil, pero se hace con el corazón y al final lo que buscas es ayudar”.
“Y me duele mucho no poder hacer lo que más amo en la vida en mi país. Cuando decidí salir tampoco lo podía hacer, y hoy 7 años después, tampoco lo puedo hacer a mi estilo, a mi manera y tuviese muchas limitaciones”.
“Aquí lo he podido hacer y me siento inmensamente feliz y además muy orgullosa de lo que no solamente mi jefa y yo estamos haciendo, sino que somos muchos, muchísimos margariteños que estamos acá, trabajando bien duro, tratando de dejar a nuestra Islita bien alto con trabajo de verdad”.
Nosotros los inmigrantes vivimos un duelo perenne y cada despedida se siente terrible
Marialcy comenta que estuvo en la isla en el mes de marzo porque vino a celebrar su cumpleaños con sus padres porque tenía 4 años que nos lo veía.
“Llore muchísimo al separarme otra vez. Las despedidas son lo peor que tú puedes sentir en la vida. Se me nublan los ojos y se me hace un nudo en la garganta porque mi corazón está en Margarita, y mi papá y mi mamá están en la Isla, y es terrible cada vez que voy”.
“Una vez leí, hace tiempo, que nosotros los inmigrantes vivimos un duelo perenne y cada despedida es terrible, porque siempre es una lloradera”.
“Cuando volteo y le digo a mi mamá: chao mami gracias. Salgo corriendo para que ella no me vea. Cuando el avión despega tu alma queda en el piso y en todo el vuelo sientes ese arraigo que te arranca el corazón. Sentir eso me hace recordar a los responsables y a sus respectivas madres. Mi corazón siempre se queda en Margarita”.
Cuando se abre la puerta del avión me inunda ese olor a salitre que no tiene comparación
Jaqueline dice que hablar de Margarita le eriza la piel automáticamente.
“Yo creo que aun cuando soy inmensamente feliz, no me arrepiento ni un segundo de la decisión que tome y el camino recorrido ha sido increíble, pero mi corazón siempre está en la Islita y me vivo cada momento de playa, a mi Virgen del Valle, como si nunca me hubiera despegado de Margarita”.
“Por supuesto, cuando voy tengo la fortuna de llegar a mi casa y cuando se abre la puerta el avión me inunda ese olor a salitre que no tiene comparación con absolutamente nada en el mundo y esa es la bienvenida a casa, es un sentimiento con el que vivo todos los días”.
“Ese amor a la Isla, ese saber que estas en casa pase lo que pase y ese querer estar siempre allá, aun cuando estés feliz donde estas. De verdad que el margariteño es de corazón por encima de cualquier cosa”.
La política venezolana se resume en un problema: educación
Si queremos resumir donde se encuentra el punto de quiebre de la política venezolana Marialcy asegura que está en la falta de educación. “No sé si es porque mis dos padres son educadores, pero yo creo firmemente en el refrán que dice que la culpa no es del mono, sino del que le da la hojilla. Y nosotros como venezolanos tenemos muchísima responsabilidad. Yo pienso que hace falta mucha educación. No me refiero a educación académica sino a educación de la población”.
“Creo que lo que nos ha pasado no ha sido gratis y me preocupa que en vez de ser la lección que ha debido ser, se convierta en una fuente de más sinvergüenzura, que es lo que al fin y al cabo ha pasado con nuestro país, desde el primer día del bochinche. Bendito Dios”.
“Nos hace mucha falta conciencia de pueblo: amor. Cuando yo veo una calle sucia y que la gente se queja porque no han venido a limpiarla. Digo es tu calle. Valórala como tal. Límpiala tú y exige. Pero creo que nos falta mucha conciencia de pueblo y amar a la isla y al país”.
“Yo siento con esto, que el país no ha sido gobernado por gente que lo ame en absoluto porque lo han destruido porque debiera ser una tasita de plata”.
“Yo veo casos como Dubái que tienen hasta los baños de oro. Así debería estar Venezuela porque cuenta con los recursos. Pero creo que, así como tiene recursos tiene muchos sinvergüenzas y es terrible, porque nosotros hemos empoderado la sinvergüenzura y es triste. Creo que nos hace mucha falta ese sentido de pertenencia y valorar”.
“Me encantaría sacar a la gente para que viera a Venezuela en perspectiva y se den cuenta de lo que nosotros valemos como país y lo valore como tal. A nosotros nos hace falta mucho amor de calle muchísimo”.
Es muy difícil explicar lo que pasa en nuestro país políticamente hablando
La política venezolana es muy difícil de explicar plantea Jaqueline. “No solamente previo a venirme a vivir a Estados Unidos, sino aun viviendo en Venezuela, pues yo estuve muy involucrada y la verdad es que me afectaba enormemente porque es muy difícil definir la realidad existente ante la multiplicidad de intereses que tienen sus líderes, lo que es hoy mañana ya no lo es”.
“El 2017 me tocó vivirlo aquí en Las Vegas, y organice ir justamente en mayo – junio cuando estaban todas las protestas y le robe a mi Isla, un par de días, para estar en Caracas en plena protestas”.
“Yo me viví esos días y con el tiempo, la vida aquí, la rutina, Caracas, por tu bienestar te desprendes un poco y además que siempre es muy difícil explicar lo que pasa en nuestro país políticamente hablando”.
“Cuando tu estas en un país multicultural como este y se te acerca una persona, un latino y te dice ¿De verdad en Venezuela, esto es así? Tu no hayas como explicarlo. Con el tiempo vas perdiendo esa conexión y quedas tu sin entender lo que está pasando políticamente en el país”.
“Por ejemplo, ahora que vienen las elecciones y empiezas a leer que hay un partido que se va a lanzar con esta gente, y el mismo se va a lanzar con el otro grupo de personas. Tu no terminas de entender, como después de 22 años sigan pasando estas cosas”.
“No hemos aprendido como tenemos que actuar para acabar con esto que nos ha hecho tanto daño y creo definitivamente, no solo los que estamos fuera, sino los que viven en el país que buscamos la manera de sobrevivir y se han desconectado de esa realidad tan fuerte que estamos viviendo que a nivel latinoamericano y a nivel mundial es un tema prácticamente inexplicable lo que pasa”.
El futuro de Venezuela es incierto
El futuro de Venezuela honestamente es incierto expone Marialcy Carreño, aunque la última vez que estuvo visitando a sus padres vio una luz de esperanza.
Ahora que estuve en la isla vi cosas que me agradaron bastante y regresé con esperanza. Una esperanza que no pensé que iba a sentir porque tenía un propósito que era visitar a su familia señala. “Vi cosas en la Isla que me gustaron. Tengo amigos que están trabajando en puestos claves y yo sé que son gente responsable y eso me dio un rayito de esperanza”.
“Nosotros íbamos todas las tardes a la playa de la Bella Vista porque nos queda a tres cuadras de la casa y siempre íbamos después de hacer la tarea”.
“Más nunca pude ir por la inseguridad y una serie de etcéteras. Y esta vez tuve la oportunidad de ir. Fui con miedo. ¡Quiero que sepas que fui con miedo! Ojalá ese miedo se me quite algún día. A mí me encantaría volver a caminar las calles de mi Isla sin sentir ese miedo”.
“Todavía no tengo la confianza, pero si me dio un rayito de esperanza. Lo vi limpiecito como si lo acabaran de hacer o de acomodar. Vi a Porlamar mejor de lo que pensé, Sin embargo, hay partes, donde yo crecí, que parece que lo terminaran de bombardear”.
“Por eso es incierto. Quiero tener fe, pero no me quiero ilusionar, porque es como cuando te enamoras de alguien y te es infiel. No me quiero emocionar mucho”.
“Me encantaría vivir de nuevo en Margarita. Yo quiero comprarme un apartamento frente a la playa, o una casita, quiero tener la felicidad de disfrutar de mi Isla sin tener que depender de nadie porque ella solita lo acobija a uno. Yo no necesito ni plata, ni ser millonaria, yo necesito esa paz que la Isla me da solita sin que nadie intervenga. Y eso es algo en lo que sueño y pueda cumplir. Pero debo y quiero recuperar esa fe, debo ser honesta debo recuperarla. Ojalá pueda ir a la isla sin miedo”.
Es muy duro, pero cuando sumas y restas no hay discusión
Jaqueline Dos Ramos ve el futuro muy claro “por lo pronto debo seguir dándolo todo, aprovechando cada oportunidad que tengo”. Agrega que es muy afortunada y bendecida al hacer lo que más ama en esta vida “y eso me hace conectar mucho con mi papá que está en el cielo, porque cuando le dije que iba a estudiar comunicación me dijo: “lo que hagas que te enamore, porque lo vas hacer el resto de tu vida, porque se trabaja toda la vida. Y tuve esa bendición, de estudiar lo que quería y hoy trabajo fuera de mi país y lo disfruto un montón, a pesar que me da dolores de cabeza, porque es muy duro, pero cuando sumas y restas no hay discusión”.
“Mi sueño es regresar a Pampatar. En la playa comiendo pescado frito y que esa sea la mayor preocupación de todos los días. Que mi retiro sea en mi Isla, en mi pueblito, en mi ranchito y volver a oler ese salitre y esa paz que se encuentra solamente en Margarita”.
Notiespartano/GustavoNovoa