El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo este viernes un firme alegato contra las privatizaciones al inaugurar una planta de procesamiento de gas de la estatal Petrobras en el estado de Río de Janeiro.
Lula arremetió en el acto contra proyectos que hubo en el pasado para «entregar» a capitales privados extranjeros la propiedad de Petrobras, la mayor empresa del país y controlada por el Estado.
Petrobras «no es solamente una gran empresa petrolera, es una gran empresa de energía» que financia el desarrollo en todos los sectores económicos y que, «cuando se acabe el petróleo, será una gran productora de energías limpias y de hidrógeno verde», declaró.
El llamado Complejo de Energías Boaventura que inauguró Lula se ubica en la ciudad de Itaboraí, en el estado de Río de Janeiro, demandó inversiones por unos 13.000 millones de reales (2.360 millones de dólares o 2.130 millones de euros) e iniciará operaciones en octubre próximo.
Según Petrobras, tendrá capacidad para procesar cada día unos 21 millones de metros cúbicos de gas natural, que llegarán desde yacimientos situados en aguas profundas del océano Atlántico conocidos como presal, que concentran el 78 % de la producción de hidrocarburos de Brasil.
En el mismo acto, el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, destacó los proyectos energéticos del país, enmarcados en la transición hacia energías limpias, pero apoyados en el petróleo, que según Petrobras financiará ese proceso de transformación.
En ese contexto, reafirmó que el Estado evaluará la viabilidad de un polémico proyecto para extraer petróleo y gas en yacimientos del llamado Margen Ecuatorial, cercanos a la desembocadura del Amazonas y considerados de riesgo desde el punto de vista ecológico.
«Si es viable, explotaremos esos recursos de forma sustentable», subrayó Silveira.
Las instalaciones en Itaboraí, que contemplaban también una refinería, estaban previstas desde 2006, cuando Lula ejercía su primer mandato presidencial.
Las obras llegaron a comenzar, pero fueron postergadas por diversas razones, incluso jurídicas y ambientales. Entre otros motivos, fueron paralizadas por un gran escándalo de corrupción en torno a Petrobras, investigado por la operación Lava Jato.
Lula, quien por ese escándalo llegó a pasar 580 días en prisión condenado en unos juicios luego anulados, aludió a eso y dijo que el acto de este viernes fue «una reparación, por lo que la gente de Petrobras sufrió» con esa operación anticorrupción.
«No era para perseguir corruptos. Era para desmoralizar a Petrobras, pues la quería privatizar, pero no pudieron», declaró.
notiespartano/efe