La democracia, como el mejor sistema de gobierno, deja muy en claro que gobernar es asunto importante para cualquier pueblo y, en su nombre mayor es el compromiso que le exige al que llega, por el voto popular, a regir los destinos de un país, de una región o de una localidad.
Nada extraña que suceda de este modo y, aunque la democracia tiene sus fallas, a pesar de tantos años sin ser del todo corregidas, sin embargo son, y hay que aceptarlos por ciertos, infinidad de avances los logrados, hasta ahora, convertidos en beneficios, que son respuestas efectivas, a las comunidades.
La democracia, por tanto, vista de esta manera, algún estudioso lo señalaría como su compromiso mayor, tiene la obligación de actuar al lado de las masas populares con la verdad en la mano, sin que intente esconder la realidad palpable, para responder, con necesaria efectividad no de relumbrón, a los cada vez más exigentes pedimentos populares que, en la mayoría de los casos constituyen la problemática central de toda comunidad, valga decir servicios públicos.
Pero la democracia igualmente exige el respeto a otros asuntos tan importantes como son los Derechos Humanos; la seguridad de bienes y personas, el cumplimiento de la legislación vigente. En fin, la democracia se hace necesaria, indispensable y justa siempre y cuando gobernantes y gobernados actúen de manifiesto modo a favor de ese objetivo.
Bien, así está sucediendo en Nueva Esparta, con la llegada al gobierno de Morel Rodríguez Ávila. Afirmación cierta que, salvo quien no quiere verla ni aceptarla, una ínfima minoría, es una verdad que rápidamente encuentra respaldo en todos los sectores de nuestra vida diaria, que están comprobando y asintiendo que son muy positivos los resultados hasta ahora obtenidos. Es la acción resultante de la tarea de un hombre que, responsablemente en su campaña electoral, prometió lo posible y el pueblo le creyó. Líder de la democracia insular, al tiempo que la garantiza plenamente, acciona con mucha diligencia y tino resolviendo la problemática de Margarita y Coche.
Él dijo que venía a servir y está sirviendo; que llegaba al gobierno con planes, proyectos y propuestas posibles; dispuesto a concretar el máximo de acuerdos; que la Gobernación tendrá abiertas sus puertas para todos los ciudadanos, porque fue electo por la mayoría y, recalcó que le regresará a Nueva Esparta el progreso y desarrollo que le había sido arrebatado.
Pues bien, nadie duda que esté honrando su palabra; que ya sean varias las obras emprendidas en los municipios; que las comunidades volvieran a ser atendidas con diversidad de programas sociales; que ha elevado al presidente de la República y a su gabinete una serie de fundamentales petitorios y obtenido las mejores respuestas; que la creación de la Zona Económica Especial en Margarita trajo, solo con ser anunciada, la reactivación de emprendimientos y, como lo señalan los medios, se aprecia ya un destacable crecimiento de nuestra economía, dada la promesa cumplida al gobernador por el primer mandatario.
Eso es saber gobernar. Entender que la democracia, como ya se dijo, es un sistema que te facilita un buen gobierno, siempre que se entienda y sepa traducir en realidades.
Morel, demócrata raizal, lo está demostrando. Por eso, a favor de su gestión, cada día es mayor el respaldo que se le aprecia. Al fin y al cabo, quién está ganando es Nueva Esparta. Y ese es el único interés de su líder, el gobernador.
ÁngelCiroGuerrero