Un nuevo estudio concluyó que seguir un protocolo de alimentación restringida en el tiempo (ART) que limita la ingesta de alimentos, a una ventana de tiempo máxima de 10 horas, muestra efectos metabólicos beneficiosos en adultos con diabetes tipo 2 (DT2).
La investigación, realizada por el profesor Patrick Schrauwen, Charlotte Andriessen y sus colegas de la Escuela de Nutrición e Investigación Traslacional en Metabolismo NUTRIM, del Centro Médico de la Universidad de Maastricht (Países Bajos), ha sido publicada en ‘Diabetologia’, la revista de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD, por sus siglas en inglés).
Según el estudio, en los países occidentales, las personas tienden a repartir su ingesta diaria de alimentos durante un mínimo de 14 horas, lo que probablemente provoca la ausencia de un verdadero estado de ayuno nocturno. Todos estos factores contribuyen al desarrollo de la DT2.
A través de la estrategia ART, los expertos buscan mejorar la salud metabólica y contrarrestar los efectos perjudiciales de comer durante todo el día, limitando la duración de la ingesta de alimentos (normalmente 12 horas o menos) y restaurando el ciclo de comer durante el día y el ayuno prolongado durante la tarde y la noche.
El Estudio
Los investigadores reclutaron para el estudio a 14 individuos con DT2, con edades comprendidas entre los 50 y los 75 años (7 hombres y 7 mujeres, con una edad media de 67,5 años) y un índice de masa corporal (IMC) =25 kg/m2.
El estudio consistió en dos períodos de intervención de 3 semanas: ART y control (CON), separados por un período de lavado de al menos 4 semanas. Al inicio de cada intervención, se midió el peso corporal de los participantes y se les instaló un dispositivo de monitorización continua de la glucosa (CGM) que medía su nivel de azúcar en sangre cada 15 minutos.
Se les instruyó para que mantuvieran sus patrones de sueño y actividad física normales, y para que mantuvieran un peso estable.
Se utilizó un diario de alimentos y de sueño completado durante la primera intervención para garantizar que la dieta durante el segundo periodo fuera similar tanto en cantidad como en calidad.
Durante la ART se instruyó a los participantes para que consumieran su dieta normal dentro de una ventana de 10 horas durante el día, y para que completaran su ingesta de alimentos no más tarde de las seis de la tarde. Fuera de esta franja horaria se les permitía beber agua, té solo o café solo, y también se permitían los refrescos sin calorías durante la noche si se consumían con moderación.
Durante la CON, los voluntarios sólo debían repartir su ingesta normal de alimentos durante al menos 14 horas, sin ninguna otra restricción.
La ventana de alimentación para la ART fue de una media de 9,1 horas en comparación con las 13,4 horas de la CON, mientras que los patrones de sueño-vigilia fueron similares en cada caso, con duraciones medias de sueño de 8,1 horas y 8,0 horas, respectivamente.
La masa corporal media era comparable al inicio de la ART y de la CON y, aunque se instruyó a los voluntarios para que mantuvieran un peso estable, se produjo una pérdida de peso pequeña pero estadísticamente significativa en respuesta a la ERT, pero no a la CON.
Se observó que la ART disminuía los niveles de glucosa en 24 horas, principalmente como resultado de la reducción de la glucemia nocturna, y el tiempo medio de permanencia de la glucemia en el rango normal aumentó a 15,1 horas frente a 12,2 horas durante la fase CON.
La glucosa matutina en ayunas fue sistemáticamente más baja en el grupo ART que en el de la dieta de control, lo que puede ser el resultado de cambios duraderos en el control nocturno de la glucosa, mientras que el tiempo de hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en sangre) no aumentó significativamente con la ART.
Niveles de Evaluación
Aproximadamente a la mitad de cada intervención, se evaluaron los niveles de glucógeno hepático por la mañana tras el periodo de ayuno nocturno de 10 o 14 horas, y se volvieron a medir al final de cada periodo de estudio tras un ayuno de 11 horas tanto para ART como para CON. En ambos casos, el glucógeno hepático no difirió significativamente entre la ART y la CON y un análisis de las grasas hepáticas no mostró diferencias en su cantidad o composición entre las intervenciones.
El equipo comentó que «se necesitarán estudios futuros para revelar si la duración del período de ayuno es realmente crucial para determinar los efectos positivos en la sensibilidad a la insulina».
En este sentido, añadieron que «los mecanismos que subyacen a la mejora de la regulación de la glucosa con la ART siguen sin estar claros. Nuestros resultados muestran que la ART no mejoró la sensibilidad periférica y hepática a la insulina, la función mitocondrial del músculo esquelético, el metabolismo energético o el contenido de grasa del hígado, todos los cuales se sabe que están afectados en la DT2».
Notiespartano/Notitarde