La capital de Brasil fue testigo este martes de la firma del llamado Consenso de Brasilia, un documento que plantea una serie de iniciativas y compromisos para impulsar la integración.
El encuentro, de presidentes y representantes de los países sudamericanos, fue convocado por el anfitrión Luiz Inácio Lula da Silva, con el objetivo reactivar el diálogo y la cooperación en la región tras años de distanciamiento y divergencias.
Un “grupo de contacto” y una “hoja de ruta”
Entre los acuerdos alcanzados por los mandatarios, destaca la creación de un “grupo de contacto”, liderado por los cancilleres de los doce países participantes, que tendrá la tarea de evaluar “las experiencias de los mecanismos sudamericanos de integración” y elaborar una hoja de ruta “que será sometida a la consideración de los Jefes de Estado”, según indica la declaración aprobada en la cumbre.
El grupo de contacto no tiene un plazo definido para presentar su propuesta, aunque Lula había sugerido inicialmente un período de 120 días. Los presidentes también acordaron volver a reunirse “en fecha y lugar a ser determinados” para dar seguimiento al proceso y definir los próximos pasos.
Comercio, infraestructura y cooperación
El Consenso de Brasilia aborda también diversos temas de interés común para la región, como el comercio, la infraestructura, el medio ambiente, la salud, la energía, la educación y la defensa.
Los presidentes se comprometieron a trabajar por el aumento del comercio y las inversiones entre los países; la mejora de la infraestructura y logística; el fortalecimiento de las cadenas de valor regionales; la aplicación de medidas de facilitación del comercio e integración financiera y la superación de las asimetrías.
Asimismo, acordaron esforzarse en la eliminación de medidas unilaterales y el acceso a los mercados por medio de la red de acuerdos de complementación económica, incluso en el marco de la Aladi (Asociación Latinoamericana de Integración), teniendo como meta una efectiva área de libre comercio sudamericana.
En materia de cooperación, los presidentes fueron convocados para identificar acciones conjuntas en las áreas de salud, combate al delito transnacional, defensa, integración física y transición energética.
Entre las propuestas presentadas por Lula, se destacan la creación de una moneda común para el comercio regional, la constitución de un mercado sudamericano de energía y un programa de movilidad para estudiantes e investigadores.
La presencia de Maduro y la Unasur
Sin embargo, no todo fue consenso en la cumbre de Brasilia. La presencia del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y el debate sobre el futuro de la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas) generaron algunas fricciones entre los líderes suramericanos, que evidenciaron las diferencias ideológicas y políticas que persisten en la región.
El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, fue el más crítico con Maduro y cuestionó el punto de la declaración que habla de democracia y derechos humanos.
“Obviamente, no tenemos la misma definición, que creo que es una en la Real Academia Española, de lo que son el respeto a las instituciones, a los derechos humanos y a la democracia”, afirmó el mandatario.
Por su parte, Maduro abogó por la reactivación de la Unasur como mecanismo de integración regional.
La cumbre de Brasilia fue vista como un intento de Lula por retomar el liderazgo regional y proyectar la voz de Sudamérica en el mundo, luego de volver al poder en enero por tercera vez.
Según la prensa brasileña, el mandatario también tiene como objetivo obtener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, para lo cual requiere el apoyo de sus vecinos.
Notiespartano/Sumarium