El profesor Gallardo la máxima autoridad deportiva de la UDO Cumaná donde despachaba consiguió en Luis Berbín o como le decían Licho “Huevo de Pava”, en Omar Morales, Chucheco Carreño en Patiño los cinco caballitos del baloncesto, beisbol voleibol, fútbol y el atletismo udista que con Patiño en atletismo un quinteto de los grandes del deporte en la UDO Guatamare.
Licho Berbín fue un buen jugador de baloncesto en La Asunción donde aprendió viendo a Amalio Romero el oficio de la dirección técnica y con un curso de instructor deportivo que hacían por aquellos tiempos de los 70-80 tuvo la oportunidad de escalar posiciones en la UDO cuando no era muy fácil ingresar a la casa de estudios por la severidad para su ingreso. Los profesores, administrativos y obreros de la UDO ganaban buen dinero y tenían los mejores beneficios colectivos. Le estoy hablando antes de llegar estos gobiernos que ofrecieron villas y castillos y nada que se ve la costa de tierra firme.
Jugó Licho buen baloncesto en La Asunción donde su movimiento de pivot y su lanzamiento en poste corto lo hicieron un basquetbolista respetable en La Asunción donde se jugó buen basquetbol en su época y se compitió con la camada porlamamarense. Eran los tiempos del equipo de Nueva Esparta campeón de Los Juegos Nacionales de Cumaná por el año 74 y donde la camada de Porlamar con los Hermanos Lairet con Cruz, Lipe y Rodolfo que junto a “Torombolo” Castañeda, César “Checha” Castillo, Pedro “Chupa” Mirito, René “Boca e Pote” Gutiérrez, Alexis Castillo, Pablo Mata Antonio Faneite, Toñito Velásquez, Yamal El Hawi, Omar Fernández y tantos otros que vinieron después le dieron poderío a la cantera porlamerense. De esa camada de La Asunción donde Amalio Romero consolidó con Carlitos Acosta y Cheo Figueroa brotaron jugadores como José Luis y Toñito Morales, Israel Silva, Pavo Lucas, Orangel Silva y tantos otros que en base a trabajo duro y constancia en los entrenamientos del Verde Rojas de La Sierra se tutearon con los mejores del estado que jugaban en el viejo “Fray Elías Sendra” de Porlamar bajo el mando de Cruz “Cuca” Lairet y Lipe Lairet que eran los generales de esa legión basquetera.
De esa camada de jugadores estrellas brotó Licho Berbín que por su tez marcada por las pecas que resaltaban por su piel blanca tirando a colorado fue bautizado por los asuntinos como “huevo de pava”, un jugador promedio de baloncesto que era un hombre callado, de buena estatura frisando los 1,80 de altura que era una buen tamaño para el baloncesto en un estado donde el promedio de los jugadores no es muy grande.
De caminar pausado, de voz baja y algo callado, caballeroso, a Luis Berbín no solo le gustaba el baloncesto como jugador, sino que era buen imitador. Eso me mostró en la UDO cuando tuve la oportunidad de conocerlo por los años 90-92 y cuando se enteró que trabajaba en el Liceo “Gaspar Marcano” de San Juan Bautista me soltaba la anécdota de José Asunción Rodríguez “Chon Chón” un profesor de Matemática y Física asuntino que narraba los juegos del baloncesto en la Cancha “Mata illas”y que daba comentarios pedagógicos para que las nuevas generaciones escucharan su mensajes. Por eso cuando los niños corrían por la cancha y entorpecían los juegos Chon Chón decía “Pedrito mijo querido sal de la cancha y hacía un llamado a los padres para que pusieran disciplina a sus hijos, pero una noche donde la visión no era muy clara el locutor estrella lanzó de nuevo su mensaje, pero resulta que el Carlitos que estaba en la cancha correteando era su propio hijo y no le quedó más nada que lanzar su carcajada y recoger sus palabras”. Esa anécdota que me contó Berbín lo relacioné con lo que me gritaba Chon Chón Rodríguez en las largas escaleras del “Gaspar Marcano” cuando nos cruzábamos en el cambio de horas “Sí, sí,sí, Smith de tres”, o “Va el lanzamiento de Linder y es cesta segura con Azuquita que no falla”.
Tenía razón Berbín sobre la pasión que le ponía nuestro amigo Chon Chón al baloncesto y que fue el, Toó primer locutor del baloncesto asuntino antes de que llegará Miguel Romero y Juvencio Ramos a Guaiqueríes de Margarita.
En La UDONE Berbín fue un coloso en la preparación física de los jugadores que iban a Los JUVINES a representar a la UDO y por sus manos pasaron grandes jugadores que brillaron en las canchas del Oriente del país y en los Juegos Nacionales de estudiantes universitarios. Tenía buena metodología y puso a brillar a jugadores de la talla de Mario “Penelope” Gamboa, Douglas Millán, Julio “El Flaco”, Javier López, Vidal Morales, Tripa de Perla, Toño Maraver y tantos otros que vistieron la casaca de la UDONE en el baloncesto universitario donde Nueva Esparta tuvo grandes actuaciones de la mano del entrenador asuntino.
Lo cierto es que era un trío inseparable Berbín-Morales-Chucheco Carreño del baloncesto, voleibol y beisbol, pero Morales siempre andaba con su chiste a flor de piel para incomodar a Berbín que siempre sabía por dónde le entraba el agua al coco y lo dejaba curucutear y nunca le respondía, sino que el silencio era su mejor aliado para ganarle la partida al carismático entrenador del volibol proveniente de la cantera porlamarense.
Salieron jubilados de la UDONE y los he visto pocas veces y solo a Chucheco que nos ayudó a que el incapaz que gerencia el Municipio Mariño llegara al trono de Porlamar para quemarse políticamente para toda la vida porque el tipo no estaba preparado para una gesta heroica como era reconstruir la Ciudad Marinera. Hablé con Checo para que ayudara en esa tarea y nos abrió las puertas de su casa y el ingrato rico terminó quitándole a la señora de Chucheco el local que tenía en el terminal de pasajeros de Porlamar.
Pero como la política es tan burda eso ocurrió sin razón y cuando nos descuidamos ya había pasado mucho tiempo y Omar Morales era el Director de Deportes e Díaz y Berbín era activista de los rojos en Arismendi donde formó parte de los Consejos Comunales asuntinos. Perdimos dos hombres de la democracia que encontraron en la izquierda una salida a su crisis existencial y que vivieron por años la prosperidad de la UDONE y ahora ven desde lejos la tragedia de tener una universidad deshecha y vuelta polvo. Eso es lo que hay y mis amigos Berbín, Morales, Chucheco, Toño y Patiño seguirán siendo parte de los recuerdos de una UDO que llevamos en nuestra alma como parte de los momentos estelares de la educación en Nueva Esparta.
Encíclica/ManuelAvila