Realidad virtual y ratas. Así nació una colaboración entre los laboratorios de Tim Harris y Albert Lee, en el que diseñaron un sistema innovador que fusiona la realidad virtual con una interfaz cerebro-máquina. En este caso, orientado a un experimento con roedores. La investigación en el Campus de Investigación Janelia del Instituto Médico Howard Hughes reveló que las ratas tienen capacidades cognitivas sorprendentes, incluida la imaginación, tal y como tenemos los seres humanos.
Una región del cerebro llamada hipocampo, una estructura con forma de caballito de mar situada en lo profundo de cada lado del cerebro desempeña un papel importante en la memoria. También participa en el aprendizaje espacial y la navegación. Ayuda a los humanos a crear mapas cognitivos de su entorno, permitiéndoles recordar ubicaciones y navegar por el espacio. Y el hipocampo es muy consistente en todos los mamíferos, lo que llevó a los científicos a pensar que los animales no humanos podrían ser capaces también de imaginar. Las ratas poseen neuronas dentro del hipocampo.
A medida que los roedores se mueven, estas células se activan en configuraciones en constante cambio que representan el entorno en el que se encuentran en un momento dado. Si estos animales tuvieran esta capacidad, podrían tener una forma de imaginación similar a la de nuestra especie. Pero, ¿cómo comprobarlo?
Para ello, los investigadores crearon una interfaz cerebro-máquina (IMC) que podría decodificar los patrones de activación de las células del hipocampo de las ratas. Para el experimento, colocaron a los roedores en cintas de correr esféricas, traduciendo sus movimientos en un entorno de realidad virtual de 360 grados que luego aparecía en una pantalla. Hicieron que tres ratas caminaran en una cinta de correr haciendo, gracias a la RV, que el animal sintiera como si se estuviera moviendo a través de un espacio que se asemejaba a un túnel oscuro.
Conforme las ratas aprendieron a navegar por este mundo digital en busca de una recompensa, el decodificador descifraba cómo los patrones de activación del hipocampo se traducían en movimiento a través del entorno. Después de un poco de entrenamiento, los peludos aprendices dominaron la tarea, como lo demostró su actividad cerebral.
Notiespartano/800Noticias