La soledad no deseada produce un gran malestar emocional y puede contribuir a la aparición de problemas de salud. Diversos estudios han asociado el sentimiento de soledad al desarrollo de algunos tipos de demencia –alzhéimer, o demencia vascular o frontotemporal– como uno realizado por la Universidad de Cambridge, y ahora una investigación ha demostrado que también existe una relación entre la soledad y la enfermedad de Parkinson (EP).
El estudio ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad Estatal de Florida en Tallahassee que querían determinar si la soledad se asocia al riesgo de sufrir párkinson, y si este vínculo es independiente de otros factores de riesgo o influyen otros aspectos como la edad, el sexo y la predisposición genética del individuo.
Antonio Terracciano, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Florida y primer autor del estudio, ya había publicado otra investigación en la que relacionaba un rasgo de la personalidad caracterizado por la tendencia a experimentar emociones negativas y una mayor vulnerabilidad al estrés que se conoce como neuroticismo con un mayor riesgo de desarrollar párkinson.
“Puede ser que la soledad haga que el cerebro sea más susceptible a la neurodegeneración, lo que para algunas personas podría conducir a la enfermedad de Alzheimer y, a otras, a la enfermedad de Parkinson”
Los resultados de la investigación se han publicado en JAMA Network y sus autores utilizaron datos 491.603 participantes del Biobanco del Reino Unido que tenían entre 38 y 73 años (edad media de 56 años) y que al comienzo del estudio no habían sido diagnosticados de párkinson. Para evaluar la soledad se utilizó una sola pregunta al inicio del estudio y la EP incidente se determinó mediante registros médicos durante 15 años (entre marzo de 2006 y octubre de 2021).
Alrededor del 19% de los participantes en el estudio informaron que se sentían solos. Durante el seguimiento, 2.822 participantes desarrollaron EP. Los investigadores estudiaron si la asociación entre la soledad y la EP estaba moderada por la edad, el sexo o el riesgo genético, y si la asociación se debía a factores sociodemográficos, conductuales, mentales, físicos o sociales, o al riesgo genético.
Los resultados mostraron que las personas que afirmaron sentirse solas tenían un mayor riesgo de padecer enfermedad de Parkinson, independientemente de factores demográficos y socioeconómicos, aislamiento social, riesgo genético y la salud física y mental. Dependiendo de sus hábitos (tabaquismo, sedentarismo y otras variables) el riesgo pasaba de un 30% más probable a un 15% si tenían rutinas más saludables.