
Cientos de ecuatorianos residentes en Bruselas se dirigieron este domingo a depositar su voto para definir la presidencia y vicepresidencia de Ecuador, con la ambición unánime de darle al país seguridad y sacarlo de la actual espiral de violencia.
Más de 1.000 votantes ya habían depositado su papeleta pasadas las 14.00 locales y se preveía que se llegara a los 2.000 al final de la jornada electoral, según dijeron a EFE los organizadores de la jornada electoral en la capital belga, quienes añadieron que la mañana había sido “fluida” y “dentro de las expectativas”.
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales se disputa entre el actual presidente Daniel Noboa, un empresario afín al republicano estadounidense Donald Trump, y la candidata del correísmo, la abogada progresista Luisa González.
Mi primera preocupación es la seguridad
“Mi país es un destrozo total”, dijo en declaraciones a EFE Pilar Torres, de 55 años, mientras saludaba a familiares y amigos a las puertas del pabellón. Para ella, la primera preocupación es la seguridad en su país, seguida de la educación, el trabajo y la salud.
“La gente está muriendo y el gobierno actual no hace nada”, insistió Daniel Navarrete, de 60 años, de pie junto a Torres.
Navarrete añadió a sus preocupaciones la expansión del narcotráfico, y confió en que un posible cambio de Gobierno dé un giro a esa tendencia.
Ecuador, con fronteras con Colombia y Perú -los dos mayores productores mundiales de cocaína- y con varios puertos en sus costas, se ha convertido en los últimos años en un paso importante para el tráfico de esa droga, que se dirige mayormente a Europa y Norteamérica.
Además, el país esta sumido en un escenario de violencia criminal que lo ha situado a la cabeza de Latinoamérica en índice de homicidios, una tendencia que se ha incluso recrudecido en este inicio de 2025 con un promedio de un asesinato por hora, según datos oficiales.
A pesar de vivir fuera del país, los votantes entrevistados por EFE en Bruselas dijeron verse afectados por la falta de seguridad, la precariedad y la violencia en Ecuador a través de sus familiares y amigos.
“De hecho, es lo que me motiva a venir a votar”, dijo Benji Aguagallo, de 32 años, quien ha vivido la mayor parte de su vida en Europa, añadiendo que le “resulta muy doloroso” ver la situación en la que se encuentran sus seres queridos.
Votaciones dignas de un pueblo que grita seguridad y cambio
Dentro del recinto, Carmen Ulloa, de 68 años, ejerce como delegada de Acción Democrática Nacional (ADN), el partido del actual presidente Noboa.
Ulloa pide que “se actúe con transparencia” y que se celebren “unas votaciones dignas de un pueblo que grita un cambio”.
Para la delegada, la solución a la situación que vive Ecuador pasa por tener al lado a Estados Unidos y otras grandes potencias mundiales para cambiar el “sistema corrupto” instaurado en el país y confía en un “cambio psicológico”.
Por su parte, Elena Benavides, de 56 años, aboga por una unión de pueblos para renovar el sistema, pero desconfía de Estados Unidos como aliado para llevar a cabo ese cambio.
“Lógicamente la cosa está tan difícil que no se va a hacer de golpe, pero queremos ver por lo menos una brecha pequeña para que todo se vaya abriendo poco a poco», explicó Benavides, y añadió que tras 25 años en Bélgica quiere regresar a Ecuador para vivir del cultivo de sus tierras.
“A mis 50 y tantos años es la primera vez que veo una situación tan caótica, y para mí verdaderamente dramática y traumatizante”, dijo.
En los últimos comicios salió ganador Noboa con un 51,83 % de los votos válidos frente al 48,17 % de González, un resultado que para esta elección aún se proyecta que sea más estrecho, sin pronóstico del lado para el que se decantará la balanza en esta ocasión.
Notiespartano.com/EFE