Un grupo de adolescentes de Petare, la favela más grande de Venezuela, se reúnen en un salón en la sede de la Universidad Metropolitana (Unimet) para recibir formación sobre periodismo, con el objetivo de que transmitan noticias sobre sus comunidades, ante los cierres masivos de medios tradicionales por parte de las autoridades.
Los adolescentes, de entre 12 y 18 años, forman parte del programa «Sala de Influencers», una iniciativa de la Alianza Rebelde Investiga (ARI) -conformada por los medios digitales TalCual, Runrunes y El Pitazo-, junto al Centro de Artes Integradas de la Unimet, donde recibirán formación periodística basada en la libertad de expresión, la democracia, la dignidad humana y derechos humanos.
La coordinadora Carmen Riera explicó a EFE que el objetivo es poder reforzar estos temas, que puedan identificar las «fake news» y convertirse en personas influyentes al informar sobre sus comunidades.
El nombre del programa, prosiguió, es un guiño a las tendencias actuales de la juventud que siguen a personas influyentes en las redes sociales.
«Que ellos aprendan desde chiquitos que pueden ser como esas personas que ven como lejanas, pero aprendiendo a cómo debe ser tratada la noticia, la responsabilidad que es dar información (…) y, por lo tanto, empoderarlos a ellos como personas», agregó.
Mireya Achrich, otra de las coordinadoras de «Sala de Influencers», explicó a EFE que después de la pandemia por covid-19 hubo «mucha» deserción escolar, por lo que cree que trabajar estos temas de esta forma puede ser más significativo que en una clase formal en sus colegios.
Relato local con innovación
Los adolescentes acudirán a una clase semanal hasta marzo del próximo año, cuando entregarán un trabajo en el que reseñarán hasta cinco noticias de sus comunidades en cualquier formato.
«Vamos a fomentar también la innovación, porque aquí, en el Centro de Artes Integradas, ellos también están aprendiendo, por ejemplo, percusión, teatro, a cantar, ellos pueden hacer el noticiero desde una canción (…) a través de una obra de teatro, hacer un periódico normal o un vídeo», señaló Riera.
El resultado será publicado en los medios de la ARI, siendo otra meta, de acuerdo a Achrich, que esto se pueda mantener más allá del proyecto y que los adolescentes transmitan información de forma constante.
«La idea es que se puedan convertir en una especie de reporteros y de influencers para su propia comunidad, que puedan transmitir constantemente información positiva, con base verdadera y fidedigna», indicó Achrich.
Una radio que intenta llenar vacíos
A esta iniciativa, se suma «Radio Democracia» que desarrolla la ONG Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), con 10 relatos en formato pódcast, dedicados a temas que afectan a los estados Apure, Bolívar, Falcón, Guárico, Mérida, Táchira y Zulia.
La directora de Ipys, Marianela Balbi, indicó a EFE que este proyecto surgió tras el estudio «Atlas del Silencio» en el que identificaron «desiertos informativos», es decir, regiones rurales o urbanas, que no cuentan con medios informativos.
«Ideamos este programa, que lo llamamos así Radio Democracia, porque lo que quiere es intentar repoblar esos desiertos de noticias, en donde ya no hay información local, donde las personas, cada vez más, se encuentran sin la posibilidad de un medio de comunicación por el cual conocer las noticias pero además expresar sus problemas», señaló.
«Son historias que no se están manejando en los medios, que no se conocen, que no están en el debate público y que son historias locales que se quedan allí y justamente lo que queremos es experimentar con nuevas narrativas, con una nueva manera de llegarle a la gente», agregó.
Estos relatos cuentan las dificultades que padecen pacientes con cáncer, las siete horas que caminó una mujer para poder dar a luz y murió, la migración entre Venezuela y Colombia, el abuso de autoridad, así como la «inacción» de las instituciones ante los restos arqueológicos de una comunidad indígena.
Cierres que crecen
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) contabilizó, entre enero y octubre, el cierre de 95 emisoras de radio -el medio más seguido por los venezolanos- en 16 estados, de acuerdo a IPYS y la ONG Espacio Público.
Balbi afirmó que la mayoría de cierres se tratan como procedimientos administrativos que son notificados por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) a través de llamadas telefónicas.
Desde 2013, IPYS ha contabilizado el cierre de 104 impresos.
Notiespartano/800Noticias