La presidenta saliente de Georgia, Salome Zurabishvili, advirtió este miércoles de que la Unión Europea ha sido «lenta en despertar y reaccionar» a la crisis política en su país, donde se han congelado las negociaciones de adhesión a la UE por el retroceso democrático y hace semanas se suceden protestas proeuropeístas.
«Si somos honestos, Europa no ha estado a la altura por el momento. Se han quedado a medias. Mientras los georgianos han estado peleando día y noche, Europa ha sido lenta en despertar y reaccionar», criticó Zurabishvili en un discurso ante el Parlamento Europeo.
La presidenta georgiana, que no reconoce los resultados de las elecciones presidenciales del pasado mes de octubre y se niega a dejar su cargo, advirtió de que «los georgianos aún están esperando medidas incisivas de Bruselas y Washington».
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea trataron este lunes la situación en Georgia, pero todavía no se ha conseguido el apoyo de todos los países del club comunitario a la lista propuesta para sancionar a responsables de la represión contra la oposición en Georgia.
«Esperamos que no sea necesario que la crisis se ahonde para que la UE actúe», advirtió Zurabishvili.
La dirigente georgiana subrayó que la crisis en su país «necesita atención política constante» de los más altos niveles para que los georgianos «sepan que no están solos».
«Hay mucho en juego más allá de la democracia georgiana», dijo Zurabishvili, que se refirió específicamente a España y cuestionó si es aceptable que el primer ministro del país, prorruso, compartiera en redes sociales un mensaje manipulado en el que agradecía a España, Italia y Rumanía que supuestamente hubieran rechazado las sanciones europeas a Georgia.
El ministerio español de Exteriores ya ha desmentido que esa sea su postura, al igual que lo han hecho sus homólogos de Italia y Rumanía, y recalcó en un comunicado que son partidarios de la adopción de sanciones y que condenan de manera explícita la represión de las manifestaciones ciudadanas proeuropeístas por las fuerzas de seguridad.
La presidenta georgiana insistió en pedir a la UE que apoye su reclamo de nuevas elecciones en su país y advirtió: «¿Si Europa no puede ejercer su influencia en un país de 3,7 millones de personas, cómo puede esperar competir con los gigantes del siglo XXI?».