Hablar de FEDECENE no se limita a decir que qué hoy está de aniversario, ni de que fue su primer presidente, el maquense Emiro Marcano Maza el 18 de septiembre de 1966, ni que es patrimonio cultural de Nueva Esparta. Se trata de señalar que FEDECENE agrupa a todos los centros culturales de Nueva Esparta que ya es bastante.
Esta institución pionera de la cultura popular que está cumpliendo 57 años y que junto al siquiatra, compositor y músico Emiro Marcano Maza estuvieron junto a él, el hijo de La Otra Banda, el sociólogo Jesús Indriago Campos “Chucho”, Cheguaco Salazar, Pablito Romero y los incansables Peter Rivas y Cledys Velásquez.
A ese FEDECENE se dedicó Chucho Indriago que se empeñó toda la vida en rescatar las tradiciones margariteñas y que por muchos años mantuvo en Radio Margarita su programa “Margarita siempre Margarita” donde desde las 6 de la mañana recibíamos una verdadera cátedra de cómo funcionaban los centros culturales, sino lecciones de cómo rescatar las tradiciones, las costumbres de la Margarita de ayer. Eso hacía Chucho Indriago a través de los micrófonos de Radio Margarita, pues este asuntino le puso alma, vida y corazón a lo que más le apasionaba la cultura margariteña.
Honorable el trabajo de éste valioso margariteño que entregó su existencia a salvaguardar la cultura insular y por eso ha sido reconocida su labor sin desconocer los valores del doctor Emiro Marcano Maza el forjador de caminos que abrió las compuertas de la preservación de la cultura margariteña.
Esa tarea de FEDECENE ha sido valorada en el tiempo por toda la sociedad margariteña que recuerda con cariños los esfuerzos de Chucho por garantizar la custodia de la cultura margariteña.
En esos tiempos FEDECENE era la verdadera Dirección de Cultura de Nueva Esparta porque tener bajo su radio de acción a todos los centros culturales de Nueva Esparta era hacer el trabajo que necesitaba el Estado para conservar, valorar y promover nuestras costumbres y tradiciones.
Por esa razón era FEDECENE un faro de luz de la cultura margariteña y Chucho Indriago y su equipo los pilares fundamentales de una legión de valiosos hombres y mujeres que en toda la región se entrelazaban para tener ese equipo de legendarios personajes que trabajaban como hormiguitas para elevar el nivel cultural de los custodios de las costumbres y tradiciones de nuestros pueblos.
Por eso los gobiernos de turno valoraban la labor extraordinaria de un quijote de la cultura como Chucho Indriago que se empeñó en convertir a la región en la cuna de la sabiduría cultural venezolana.
Ese trabajo de FEDECENE de mantener la vigencia de nuestra realidad cultural sin dar un solo paso a la cultura importada para que avasallara la cultura popular fue una verdadera cruzada con Chucho al frente de esta gesta cultural que tanto tiempo hizo aparecer lo nuestros por encima de lo importado.
La vigencia del arte popular insular, de las danzas, de la música, de los distintos géneros, del respeto por los músicos, por las diversiones, por lo nuestro fue una lucha titánica que hizo fortalecer a los centros culturales y a su soporte institucional FEDECENE.
La idea de preservar lo nuestro siempre fue el norte de FEDECENE que se paró con la fuerza de sus equipos a impedir que la fortaleza de la cultura importada que en esto tiempos liderados por el reguetón y por otros géneros contrarios a la formación de las nuevas generaciones terminen avasallando nuestra cultura popular.
En eso han dio débiles nuestras leyes que han permitido el avance indiscriminado de la cultura importada para tener en estos momentos la mayor invasión musical de géneros contrarios a la moral, a las buenas costumbres y sobre todo a la contaminación de la formación del hombre nuevo que tanto vociferaron los nuevos gobernantes del país.
Nuestras raíces culturales han sucumbido con el paso del tiempo y ni siquiera porque somos una región turística hemos podido mantener un acervo histórico y cultural que debería ser el mayor atractivo de un espacio turístico como ocurre en otras culturas y en la nuestra es solo algo cosmético porque en el pasado el atractivo era el Puerto Libre y en los últimos tiempos solo forman parte de los espectros del pasado, pues no se ha vendido el turismo sino como un paquete pegado a las tentaciones de los casinos, la prostitución y la diversión.
Esa es nuestra realidad que se enrolla como una culebra y da vueltas sin rumbo en una especie de producto cosmético que no se convierte en un atractivo como ocurre en las grandes potencias del turismo mundial donde los visitantes van a conocer lo mágico de las culturas y ese mundo tradicional que tanto apasiona al turismo internacional.
Ojalá FEDECENE floreciera para sostener unas tradiciones que se nos van de las manos ante la mirada complaciente de los que ven desde lejos como se muere nuestra identidad que no se mantiene con ungüentos, ni con pócimas mágicas, sino con la fuerza de una razón cultural que brote de las entrañas de los que sienten con pasión esta tierra.
Felicidades a FEDECENE en sus 57 años y que siga brillando la luz de sus fundadores para bien de Nueva Esparta y su futuro.
Encíclica/ManuelAvila