La ONU espera reunir próximamente al Ejército de Sudán y al grupo paramilitar Fuerza de Apoyo Rápido (FAR), enfrentados desde hace diez meses en un conflicto que se ha expandido a casi todo el país y que ha empujado a la mitad de la población, 25 millones de personas, a una crisis humanitaria.
El jefe de asuntos humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, dijo hoy que recientemente estuvo en comunicación con los generales que lideran ambas partes y estos se mostraron de acuerdo con enviar a representantes con poderes para buscar soluciones a los graves problemas de acceso para las organizaciones humanitarias.
El objetivo es «discutir de forma específica sobre planes de acceso y movimiento (de persona y de cargamentos humanitarios)» y no plantear conversaciones de paz de carácter político, ya que ninguna de las dos partes ha dado señales de tener voluntad de entrar en discusiones de este tipo.
Sudán es el tercer país más grande de África y tiene una importante posición geoestratégica en la región, pero los diez meses de combates han llevado a la mitad de toda su población a requerir asistencia vital y protección, con 18 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria aguda por la interrupción forzada del ciclo agrícola a causa de la violencia.
«Si se permite que haya una hambruna porque no hay plantación, cosecha ni acceso a alimentos, sería la primera vez que esto ocurre en Sudán, lo que, sumado a los desplazamientos masivos, la violencia y la falta de horizonte político, significaría que no queda humanidad en nosotros», reflexionó Griffiths.
Una serie de restricciones, que van desde problemas de visados en las aduanas y de permisos para los desplazamientos dentro del país, podrían ser resueltos rápidamente si se decide en la cúpula del poder, observó.
Griffiths dijo que la conversación con los generales sudaneses sobre la esperada reunión, que eventualmente se celebraría en Ginebra, tuvo lugar hace diez días y, desde entonces, «el teléfono se ha silenciado».
Problemas de acceso humanitario
Aseguró que, si se resuelven los problemas de acceso humanitario, que afectan a todo el país, incluida la capital (Jartum), donde la ONU está ausente desde el pasado octubre, «se podrían hacer algunos milagros».
El jefe humanitario de Naciones Unidas reconoció que la solución a la crisis de Sudán es la paz. «Pero en diez meses no hemos visto ningún progreso» en esa dirección, agregó, de modo que lo más urgente ahora es aportar lo que necesitan los civiles inocentes para sobrevivir.
La Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU y su Agencia para los Refugiados (ACNUR) hicieron hoy en Ginebra una presentación a los Gobiernos sobre las necesidades humanitarias en Sudán y la financiación que se requiere, que se eleva a 4.100 millones de dólares este año.
En 2023, la operación humanitaria en Sudán -donde el conflicto había empezado en abril- recibió sólo el 40 % de lo que se había solicitado, lo que en parte se explicó por el interés que ha perdido la comunidad internacional en este conflicto debido al surgimiento de otros, como el que se vive en la Franja de Gaza.
Notiespartano/EFE