Salud y Sensibilidad Humana
No existe duda alguna, y la historia es clara al confirmarlo, que durante los años en que el Profesor Morel Rodríguez Ávila administró la Gobernación de Nueva Esparta, su gestión se dedicó de lleno a atender los graves problemas que aquejaban al pueblo. En esa escala de prioridades, la salud pública siempre ocupó el primer lugar de su atención.
Es necesario decirlo con claridad: donde existía una necesidad, la gestión de Morel respondía con una obra. Su visión no se detuvo en lo superficial, sino que fue directo a la construcción y fortalecimiento de la red de atención primaria.
Así, erigió desde sus cimientos el ambulatorio de Salamanca, dotándolo además con el fundamental Anexo de Maternidad, devolviendo la dignidad a las madres de esa comunidad. De igual forma, en respuesta a un clamor popular, se construyó el ambulatorio de Villa Rosa.
Su obra no fue solo de construcción, sino de fortalecimiento. Con visión de futuro, amplió el ambulatorio de Coche y su medicatura, y emprendió un proceso de refacción integral en centros neurálgicos como los de Punta de Piedras, Boca del Río y Juan Griego.
Pero un líder como Morel sabe que los edificios, por sí solos, no curan. La verdadera justicia social en salud radica en la acción diaria. Por ello, se aseguró de que a estos centros se les entregaran mensualmente sus insumos necesarios, garantizando el tratamiento para ese pueblo que no tenía los recursos para comprar sus medicinas.
Incluso, su compromiso lo llevó a plantear la necesidad de asumir la dirección del Hospital Central, una propuesta que lamentablemente no fue posible concretar. Esta acción no fue un capricho, sino el resultado de observar, durante su gestión, la ineficiencia de algunos organismos que terminaban afectando al pueblo.
A pesar de la conocida estrechez económica, la voluntad política y la sensibilidad humana de Morel Rodríguez Ávila lograron los objetivos: ayudar a los más necesitados y dejar una huella imborrable en la salud del estado.
AngelCiroGuerrero


