Este lunes, trabajadores, presuntamente por orden del gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, cubrieron los espacios donde se encontraban los murales del barrio San Blas de Petare. “Es un día devastador para toda la comunidad”, dijo una representante de la sociedad civil, denunciando la arbitrariedad, el abuso y la falta de respeto a la autonomía comunitaria y al trabajo muralístico de artistas nacionales e internacionales.
Según se les informó, la “comunidad no quería tener esos murales en el barrio”. Sin embargo, estos murales, promovidos por la ONG Espacio Anna Frank, que aboga por la coexistencia y la paz, fueron pintados por artistas importantes y se habían convertido en una parte integral de la identidad del barrio.
En solo tres meses, los artistas transformaron el gris concreto y el rojo ladrillo del sector en un lienzo vibrante de colores y formas. Pero los matices no solo se reflejaban en los muros de San Blas, también se podían ver en los rostros de los jóvenes que participaron en los talleres de arte, cinematografía y muralismo, que se convirtieron en parte de ese tejido social y trabajaba por una mejor vida en su entorno.
Los murales fueron parte del proyecto Creaciones Ciudadanas y capturaron la atención de quienes pasaban y se dejaban atrapar por las formas, los colores y el ritmo que marcaban la nueva cara del barrio. Ahora, su ausencia deja un vacío en la comunidad y plantea preguntas sobre el respeto a la «autonomía comunitaria» y la valoración del arte como medio de expresión y transformación social.
«Estamos viviendo la arbitrariedad, el abuso y falta de respeto a la autonomía comunitarias, al trabajo muralisticos del trabajo de artistas nacionales e internacionales y sobre todo el trabajo de los jóvenes del barrio San Blas de Petare».
Notiespartano/800Noticias