
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió este lunes a Israel que vuelva a permitir la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, donde «todavía queda mucha crisis humanitaria por delante».
En un comunicado, el CICR advirtió de que «bajo la ley humanitaria internacional, Israel debe garantizar que se satisfacen las necesidades básicas de la población civil bajo su control».
Las autoridades israelíes suspendieron el pasado domingo la entrada de ayuda humanitaria al enclave, donde controlan todos los accesos, y ayer cerraron el suministro eléctrico de la planta desalinizadora de Deir al Balah, de cuyo suministro de agua potable dependen los palestinos del centro y sur de la Franja.
«La suspensión de la asistencia ahora, incluido el cese de la electricidad a la única planta desalinizadora de Gaza, amenaza con sumir a Gaza todavía más en una emergencia humanitaria aguda. Los impactos ya se están sintiendo en aumentos de precios y carestías de productos básicos», avisó el CICR.
Desde que comenzó el alto el fuego entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás, el 19 de enero, miles de camiones con ayuda humanitaria han conseguido entrar al enclave, totalmente devastado tras más de quince meses de incesantes bombardeos de Israel.
Aun así, los envíos son «una gota en el océano comparado con las inmensas necesidades sobre el terreno», dijo la Cruz Roja, que insistió en la importancia de introducir materiales para la construcción de refugios y suministros médicos.
El acuerdo ha permitido también la liberación de 33 rehenes israelíes en el enclave (ocho muertos) a cambio de más de 1.700 presos palestinos en cárceles de Israel.
«El CICR reitera su llamamiento urgente para que entre más ayuda a Gaza, que todos los rehenes sean liberados y que se mantenga el alto el fuego», se indica en el comunicado.
Una delegación israelí viajó este lunes a Doha para continuar con las negociaciones para mantener el alto el fuego, después de amenazar con volver a la guerra si el país considera que sus conversaciones indirectas con Hamás no le satisfacen.
Hamás, por su parte, ha acusado a Israel de «chantaje barato» por su suspensión de la entrada de ayuda, y ha insistido en su disposición para negociar la segunda fase del alto el fuego, que debería haber comenzado el 1 de marzo y contempla la entrega del resto de rehenes vivos a cambio de la retirada de las fuerzas israelíes del enclave y el compromiso de poner fin a la guerra.
notiespartano/efe