Japón conmemoró este martes los 78 años del fin de la Segunda Guerra Mundial con una ceremonia por las víctimas que realiza coincidiendo con el día en que anunció su rendición en el conflicto y con un mensaje para evitar un escenario similar.
Unas 1.800 personas, entre representantes gubernamentales y familiares de las víctimas, asistieron hoy a la ceremonia en Tokio, donde el primer ministro nipón, Fumio Kishida, pronunció un discurso contra la guerra en el que expresó su temor al uso de armas nucleares por parte de Rusia en la contienda a la que ha arrastrado a Ucrania.
«Japón está decidido a unir fuerzas con la comunidad internacional y hacer todo lo posible para resolver los diversos desafíos que enfrenta el mundo», dijo el mandatario japonés en su alocución.
Presentes en el acto estuvieron también los emperadores Naruhito y Masako. El jefe de Estado nipón dijo: «Reflexionando sobre nuestro pasado y teniendo en cuenta profundos sentimientos de remordimiento, espero sinceramente que los estragos de la guerra nunca más se repitan», según declaraciones recogidas por la cadena pública NHK.
Naruhito hizo así una referencia velada al pasado colonial del archipiélago, el principal escollo del desarrollo de las relaciones entre Japón y países vecinos como las dos Coreas o China, y al que los líderes gubernamentales de la nación evitan hacer referencia.
Unos 2,3 millones de personas miembros del personal militar nipón y 800.000 civiles japoneses perecieron durante el conflicto mundial, muchos de estos últimos durante los bombardeos llevados a cabo por el ejército estadounidense en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
Histórico mensaje de rendición
La ceremonia tiene lugar anualmente el 15 de agosto, coincidiendo con el histórico mensaje de rendición del entonces emperador Hirohito retransmitido a través de la radio nacional, motivado en buena medida por los mencionados bombardeos.
En los tres años anteriores la ceremonia había tenido lugar a una escala reducida debido a la influencia de la pandemia de covid-19, pero este año retornó a su formado previo.
Entre los asistentes que pronunciaron unas palabras durante el acto estuvo Teruo Yokota, de 83 años y representante de familiares de las víctimas de guerra, que señaló que «las guerras siguen asolando el mundo, reclamando muchas vidas preciosas» y que el papel de Japón «en la consecución de la paz no es un rol pequeño».
Junichi Natsume, de 72 años, llevó hoy a su nieta Hinako de 11 años al Cementerio Nacional Chidorigafuchi de la capital, donde descansan los restos de 370.000 soldados y civiles sin identificar.
«Quería que viera un lugar donde el que reflexionar sobre la guerra», dijo el hombre en declaraciones a la agencia local de noticias Kyodo.
«La guerra no le deparó nada bueno a Japón. Espero que la guerra entre Rusia y Ucrania termine pronto», declaró Hinako.
Notiespartano/800Noticias