“No soy comunista, pero sostengo que los comunistas, como los hombres del centro, o como los de la derecha venezolana, tienen derecho a hablar, a pensar y a organizarse en este país”.
Ahí estuvo la grandeza de ese valor de la democracia venezolana al permitir a los que pensaban distinto que participaran en las luchas democráticas.
Nunca rehuyó al combate político porque se preparó el margariteño con la palabra como instrumento para defender la democracia de las dictaduras que arrollaron con toda su fuerza militar a un país que pujaba por avanzar por encima de las tumbas.
A Jóvito lo mandaron al exilio en 4 oportunidades porque no soportaban su encendido verbo en la república y era mejor enviarlo bien lejos para que no entusiasmara con la palabra de tribuno excelso a un país que siempre empujó para dejar en el camino las montoneras y los muchos intentos de los militares de apoderarse de la democracia venezolana.
Civilista hasta el tuétano y republicano de alma y corazón, el nieto de Felipe Villalba mantuvo siempre la dignidad y el coraje como soportes fundamentales de su trayectoria política.
En uno de eso exilios regresó a Venezuela y pudo terminar de graduarse abogado en la UCV y su fortaleza lo llevó a ser Presidente de la Federación de Centros Universitarios.
No podían detener la fuerza de su verbo porque cuando se montaba en la tribuna hacía vibrar las masas y transformaba esos grupos de ciudadanos en manadas de manatíes heridos que podían tumbar cualquier gobierno.
Por eso para los gobiernos su mejor jugada era mandarlo al exilio y evitar que la palabra abriera surcos en las murallas del poder nacional.
Este personaje que se convierte en uno de los hombres más destacados de la política venezolana da grandes luchas en medio de un ambiente deprimido por la pobreza en una Venezuela explotada y saqueada.
Con su verbo incandescente Jóvito Villalba logro encender el espíritu nacionalista y patriótico logró Jóvito influir en la Venezuela que necesitaba sacudirse las cenizas de las nalgas para liberar a su país de la bota militar.
Y uno de sus grandes momentos fue cuando con su verbo punzante en el Panteón Nacional, cuando se conmemoró la semana del estudiante en 1928 pronunció un discurso candente que le removió las entrañas al pueblo venezolano por lo cual lo comenzaron a perseguir para lograr encarcelarlo porque es discurso fue considerado como el primer grito de guerra de los movimientos estudiantiles contra las dictaduras. Eso lo llevó en su primer exilio a México.
Regresa a Venezuela el 7 de abril de1928 y participa en el cuartelazo de San Carlos en su lucha contra Gómez y en noviembre de 1 929 lo encarcelan en La Rotunda y luego recluido en Puerto Cabello. Ahí permaneció 6 años con grillos en los tobillos y en 1934 es puesto en libertad y desterrado.
Tras la muerte del dictador en 1935 regresa a Venezuela de su segundo exilio y es hecho prisionero en La Guaira y el presidente Eleazar López Contreras ordena su libertad.
En 1937 Jóvito Villalba es electo diputado por Nueva Esparta y el régimen desconoce su triunfo y es enviado a la cárcel El Obispo y enviado a su tercer exilio a México.
En 1943 el estudiante de derecho es electo senador por Nueva Esparta cuando era un estudiante de derecho y en 1946 es detenido por la Junta a Revolucionaria presidida por Rómulo Betancourt lo acusa de participar en un alzamiento cívico militar y es detenido con otros militantes de URD y puesto en libertad en enero de 1947.
La Junta Militar que derrocó a Gallegos en el 48 realiza elecciones y Jóvito era el Secretario General de URD partido que ganó arrolladoramente y fue desconocido por el gobierno de Marcos Pérez Jiménez quien destierra a Jóvito y la dirigencia de URD a Panamá en 1952.
Regresa Venezuela de su cuarto exilio el 15 de diciembre de 1958 a participar activamente en el proceso democrático. Y participa junto a Rafael Caldera y Rómulo Betancourt en el Pacto de Punto Fijo que se suscribió el 31 de octubre de 1958. Fue candidato presidencial en 1963 y 1973 y no pudo cristalizar su propuesta de ser presidente de la República.
Después de pasar por tantas emboscadas donde Jóvito Villalba defendió la democracia y la libertad todavía hay gente que duda sobre su visión republicana y anti militarista.
Cómo este viernes cuando se celebró un conversatorio sobre la vida de Jóvito Villalba y cuando al ponente guayanés un abogado e historiador Sigfrido Lanz se le ocurrió hablar del civilismo y lo republicano de Jóvito y eso hizo entrar en ira al hombre de la revolución Leopoldo Espinoza Prieto al tratar de cambiar la historia y no aceptar el planteamiento del ponente sobre el rechazo de Jóvito a los gobiernos militares.
¿Y es que acaso Jóvito Villalba después de cuatro exilios y dos despojos de sus triunfos legislativos podía creer en los gobiernos autoritarios?
Pero eso no terminó ahí, sino que sostuvo Lepoldo que el Gobernador Morel no había dignificado a Villalba ignorando que fue el roblero quién hizo la solicitud a la Asamblea Legislativa en 1986 para otorgarle la mención de Hijo Preclaro de Margarita lo que constituyó un acontecimiento para la historia y luego hizo Morel lo mismo con Prieto Figueroa su tío; además convenció a Jóvito en Caracas que aceptara el nombre de la Autopista que lleva su nombre, acaba de ordenar hacer un busto que está en proceso de fundición, su hijo Morelito cuando fue Presidente del CLEBNE editó los discursos de Jóvito en un cd y en Pampatar donde gobierna Morel David existe un busto de Jóvito y una Orden “Jóvito Villalba”.
¿Entonces que diga Leopoldo en qué gobierno revolucionario le han reconocido sus méritos al adalid de la democracia, al Tribuno de América?
Así son las cosas…, pues como dijo el pampatarense nieto de Felipe Villalba “Creo en la fuerza de la razón y considero que la democracia merece ser defendida aún a costa de nuestras vidas, porque ella es el régimen político de la razón a quien la tiene y no a quien empuja más duro a quien insulta más alto”.
ManuelAvila