Bajo el heroico cielo del municipio Gómez, más de 250 vecinos de sus cinco parroquias, se dieron cita durante una reunión de organización con la Fuerza Vecinal, como parte del itinerario que este movimiento político lleva por toda Nueva Esparta. En la reunión los vecinos describieron la actual situación sociopolítica del municipio y aportaron sus opiniones para la solución.
Como invitado del movimiento, asistió el vocero nacional, David Uzcátegui, quien manifestó a los vecinos del norte insular, la necesidad del recate de la dignidad, describiendo los lineamientos económicos del gobierno central, como un modelo empobrecedor. En contraposición reiteró la propuesta de FV para las comunidades venezolanas, “queremos un país de emprendedores donde la gente que tenga una idea, pueda desarrollarla accediendo a créditos en los bancos o que pueda estudiar y a través de su esfuerzo personal, desarrollarse como profesional y salir adelante…”
Por su parte, Morel David Rodríguez Salcedo, también vocero nacional y cofundador de Fuerza Vecinal, enfatizó sobre el rumbo que ha tomado el modelo de la nueva política venezolana “su objetivo es lograr los cambios que se necesitan, para que los vecinos mejoren su calidad de vida, para que por ejemplo, los adultos mayores que tienen sus necesidades especiales, le lleguen sus medicinas y su comida; que la ciudad se mantenga limpia, ordenada; que hayan oportunidades de trabajo, estudio… desarrollo en todos los ámbitos para todos.
Morel David reiteró ante los vecinos asistentes que “no descansaremos ni un minuto hasta lograr recuperar al municipio Gómez de la traición… Me duele de verdad con este pueblo que ha parido tanta gente valiosa para nuestro estado, que ha dejado a Nueva Esparta por todo lo alto, que pensamos que habíamos logrado el cambio, pero no fue así… he recibido quejas de todos los sectores”.
Al respecto citó al diplomático italiano Maquiavelo, cuando decía que “la traición política es el único acto de los hombres que no se justifica”. Además recordó el infortunio de Judas Iscariote, quien arrepentido de su acto de traición, pretendió reparar su error queriendo devolver las 30 monedas de plata a los sacerdotes, sin embargo su conocido final fue su verdadera recompensa, “Judas por lo menos tuvo algo de honor en sus últimas horas, al darse cuenta de su traición… el acto de traición política es el acto más paupérrimo, que puede tener cualquier persona en el mundo”.