La organización no gubernamental Fundaredes ha documentado la desaparición de 96 personas en los estados fronterizos del país en lo que va de 2022, de los cuales 14 son niños, niñas y adolescentes, quienes han sido reportados por sus familiares.
La información la dio a conoces Clara Ramírez coordinadora de documentación de FundaRedes, quien afirmó que los niños que hacen vida en los poblados cercanos a los pasos fronterizos están vulnerables ante la captación de grupos armados, “quienes los observan como si fuesen algún tipo de mercancía, eligiendo a los que puedan realizar algún tipo de trabajo forzoso y en el caso de las niñas forzadas a la prostitución o permanecen como víctimas de las mafias que operan en la frontera”.
A finales del 2021 FundaRedes presentó su informe “Grupos Armados aprovechan ausencia del Estado en las escuelas venezolanas”, donde se señala entre otros hechos, la permisividad que estos grupos han tenido para captar a niños en edades desde los siete años hasta la adolescencia, con fines de explotación, prostitución, trata y tráfico de personas.
Estado más afectado
Es el estado Táchira donde se registra la mayor cantidad de menores de edad desaparecidos, adonde al menos 14 menores de edad se han documentado como desaparecidos dentro de las cifras del primer trimestre de 2022.
Clara Ramírez detalló que la existencia de casos de menores de edad desaparecidos que no han sido reportados, “puesto que no están bajo el cuidado de sus padres, debido a que muchos de ellos migraron en busca de nuevas oportunidades, dejando a sus hijos en manos de cualquier otro familiar o conocido, quienes no reportan su desaparición”.
Debido a la emergencia humanitaria compleja que vive el país, las bandas criminales han aprovechado para instalarse en territorios fronterizos para dedicarse a las dinámicas propias de esas zonas o trochas, “sumándose a actividades delictivas como contrabando, reclutamiento de niños, niñas y adolescentes a fin de que trabajen para ellos, o realicen algunas actividades propias de sus intereses ilegales”, dijo Clara Ramírez desde FundaRedes.
“Entre las actividades que resaltan, y en las que estos grupos armados usan como medida de camuflaje a los niños captados, es la de servir de mediadores o de mensajeros, por el simple hecho de que son niños y podrían pasar desapercibidos, estos grupos delictivos se valen muchas veces, de las necesidades e inocencia de estos niños, niñas y adolescentes”, aseguró.
La situación de violencia continúa marcada en Táchira, con un movimiento activo por las trochas, “en Bolívar la violencia y la captación de niños, sigue el patrón de explotación por el tema de las minas, donde usan a los menores para beneficios de los grupos armados irregulares que azotan al corredor fronterizo” finalizó Clara Ramírez.
Notiespartano/TalCual