Las fuerzas rusas ya están agotadas y no pueden ser reemplazadas por voluntarios. Han usado prácticamente todo su personal de alta preparación en el transcurso de esta guerra, hay formaciones que sencillamente ya no existen, porque tuvieron muchísimas bajas entre muertos y heridos.
El dirigente ruso Vladimir Putin anunció el pasado miércoles una movilización parcial para apuntalar a sus fuerzas armadas en la invasión de Ucrania. DW habló con el experto en seguridad Gustav Gressel sobre el poderío de las fuerzas rusas y de sus posibilidades de éxito a la luz de la movilización parcial.
DW: ¿Cuál es el estado actual de las fuerzas armadas rusas?
Gustav Gressel: Bueno, están bastante desordenadas. Rusia comenzó esta guerra en tiempos de paz, por lo que tomó sus batallones más preparados, grupos de acción -es decir, un batallón más el apoyo de soldados profesionales- y los mandó al frente en febrero. Ya han usado prácticamente todo su personal de alta preparación en el transcurso de esta guerra. Esta fuerza está muy dañada e incluso hay formaciones que sencillamente ya no existen, porque tuvieron muchísimas bajas entre muertos y heridos. Así que esas fuerzas están ya agotadas y no pueden ser reemplazadas por voluntarios.
¿Cuál cree usted que será el efecto de esta movilización?
Estoy pensando en cómo lo van a hacer. ¿Van a desplegar ese 40 por ciento de unidades residuales que les quedan para enviarlas a Ucrania? ¿Esperan romper las líneas ucranianas con mayor presencia militar solamente? Ese podría ser el pensamiento de Putin. Si despliega a esta gente, no queda más ejército ruso. Es muy arriesgado.
Dada la aparente superioridad rusa en términos de número de personal y cantidad de equipo, ¿por qué no ha tenido éxito?
Hay varias razones. Las suposiciones políticas totalmente falsas del comienzo de la guerra, la subestimación de la resiliencia ucraniana, el completo fracaso en entender cómo funciona el sistema político ucraniano, la planificación descuidada, la falta de preparación logística, la falta de fuerza aérea. En primer lugar, llevaron a cabo esto como una «operación militar especial» usando solo a sus fuerzas contratadas de alta preparación, sin reclutas. Subestimaron por completo la comandancia a la hora de controlar una fuerza tan heterogénea en un lapso tan breve. También tienen oficiales mal preparados y una estructura de mando y control muy inflexible y una línea de apoyo caótica, especialmente en artillería y coordinación aire-tierra.
Las fuerzas rusas eran muy poderosas
Las investigaciones aseguraban que las fuerzas rusas eran muy poderosas. ¿Era una ilusión?
Soy en parte culpable de ello porque también escribí y publiqué sobre ello. Así que hay dos problemas: el primero es que el ejército ruso se volvió cada vez menos transparente después de 2014. Era una especie de creciente enigma, una caja negra. Hablaban de cosas que no eran reales. Y la segunda es, por cierto, que vimos lo que hicieron en Siria. Pero lo de Siria fue bastante más simple que lo que tratan de hacer en Ucrania.
Usted describe que las fuerzas rusas no estaban en buenas condiciones antes de atacar Ucrania y que no se han desempeñado como esperaba Putin. ¿Cómo cambia las cosas esta movilización parcial?
Mi intuición es que a Putin en realidad no le preocupa que las tropas sean de peor calidad. Yo creo que el objetivo general de todo esto es hacer que Ucrania se quede sin balas antes de que Rusia se quede sin soldados. Están reclutando gente en el campo y entre las minorías, llevándolos a la fuerza, tratando de evitar Moscú, San Petersburgo, los grandes centros urbanos. Y no solo porque allí están las élites y sus hijos, sino porque estas personas urbanas son, a los ojos de Putin, más valiosas que las otras. Entonces, aquello de que acá todos serán usados como carne de cañón parece correcto.
Eso es increíblemente deprimente.
Es muy Stalin. Siempre me pregunté si Putin realmente cree que la sociedad rusa de hoy es la misma que comandaba Stalin. Por el momento, la diferencia no parece ser muy grande.
¿No podrían estos soldados desertar en masa?
Es más fácil decirlo que hacerlo. El problema es que si estás en una organización así y no sabes lo que va a hacer tu compañero, y estás en una situación de vida o muerte, no es tan fácil tirar tu arma y salir corriendo, incluso si realmente no apoyas al régimen.
¿Cree que esta movilización parcial servirá para romper la resistencia ucraniana?
Eso está por verse. No creo que la victoria sea un hecho, pero los ucranianos lo pasarán muy mal defendiéndose de estos ataques.
¿De qué depende la victoria ucraniana?
Mucho dependerá de si Occidente está dispuesto a entregar a Ucrania armas pesadas, equipamiento y municiones para frenar la oleada. Y todavía no veo la voluntad en Occidente para ello.
Alemania es renuente a entregar armas pesadas. ¿Le parece comprensible esa actitud?
No, no creo que tengan razón. Si entregas artillería, puedes entregar tanques. Solo tienen que superar esa traba. Creo que lo que necesitan es una enorme bota estadounidense que les aterrice en la parte trasera a gran velocidad. Eso es todo lo que necesitan.
Gustaf Gressel es experto en política en la oficina de Berlín del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Está especializado en las áreas militar, de seguridad y de defensa relacionadas con Rusia. (dzc/rr)
Notiespartano/DW.com