El juicio contra tres policías en activo acusados de agredir y sodomizar en febrero de 2017 a un hombre de origen congoleño comenzó este martes en el Tribunal de lo Penal de Saint-Denis, un suceso que provocó una oleada de indignación en Francia y que derivó en violentas manifestaciones.
Durante nueve días, los jueces evaluarán las repercusiones físicas y psicológicas que aún arrastra Théo Luhaka, quien hace casi siete años fue violentamente detenido en Aulnay-sous-Bois, en la empobrecida periferia parisina.
En ese arresto realizado durante un rutinario control de identidad, el joven, que tenía entonces 22 años y que trabajaba como animador social, llegó a ser sodomizado con una porra extensible tras haberse encarado con los agentes.
El policía Marc-Antoine C. podría ser condenado a 15 años de cárcel al ser juzgado por los cargos de «violencias voluntarias que provocaron daños permanentes» por la ruptura del esfínter anal de Théo.
Otros dos de los policías implicados, Jérémie D. y Tony H., también se sientan en el banquillo de los acusados por los cargos de «violencias agravadas» y se arriesgan a penas de entre 7 y 10 años.
De acuerdo con la acusación, desde aquella agresión policial, Luhaka sufre secuelas físicas y psicológicas que han derivado en una depresión que le hace evitar las relaciones sociales y familiares, junto a un permanente sentimiento de culpa.
Por su parte, la defensa del principal acusado pedirá la absolución alegando que la agresión con la porra en la zona anal fue «totalmente involuntaria» y se produjo durante una maniobra de inmovilización. El veredicto se espera para el 19 de enero.
Violencias Policiales
Durante varias semanas de 2017, Luhaka se convirtió en un símbolo contra la violencia policial en Francia hacia los habitantes de la periferia de las ciudades, muchos de ellos de origen africano. Varios centenares de jóvenes fueron detenidos en varios puntos del país por las protestas de la época.
Este caso evoca a otros emblemáticos que también conmocionaron a la opinión pública y que provocaron dos de los principales episodios de violencia urbana en Francia de este siglo.
La muerte de dos adolescentes Ziad Benna (17 años) y Bouna Traoré (15), quienes terminaron electrocutados mientras huían de la policía, desató la virulenta oleada de disturbios de finales de 2005.
Y más recientemente, el fallecimiento del adolescente Nael, tiroteado y muerto por un agente en junio de 2023 al saltarse con control policial en la vía pública, degeneró en enfrentamientos con las autoridades, pillajes e incluso quema de escuelas y guarderías.
Notiespartano/EFE