En cuanto a las posturas que más pueden predisponer a una fractura de este tipo es serían aquellas en las que “la posición de la mujer es estar encima”. Aunque también hay otras causas. Entre las descritas, también se encuentran “la masturbación, en un 18% de los casos; el traumatismo cerrado, la flexión forzada, la rotación en la cama con el pene en erección o la caída de la cama sobre el pene, la eletrocucción, la avulsión, la autolesión o las mordeduras de animales”, señala el urólogo.
Para entender cómo puede llegar a fracturarse el pene, es importante saber cómo está formado. Según detalla Peinado, “el cuerpo del pene se encuentra formado por tres cilindros eréctiles, todo ello recubierto por piel. Los tres cilindros eréctiles son los cuerpos cavernosos (responsables de la erección al rellenarse de sangre) y, en posición ventral (en la parte inferior), el cuerpo esponjoso donde se encuentra la uretra cuya función es la micción. Los dos cuerpos cavernosos constituyen la mayor parte del pene y contienen el tejido eréctil. Los dos cilindros que forman los cuerpos cavernosos están envueltos por una densa vaina elástica llamada túnica albugínea”.
La rotura de los cuerpos cavernosos, más comúnmente conocida como fractura de pene “se produce por una rotura de la albugínea, la capa que envuelve los cuerpos cavernosos, pudiendo afectar a uno o a los dos cuerpos cavernosos e, incluso, asociarse a lesión de la uretra”, indica el experto.
Los mecanismos que predisponen a su aparición están, en la mayoría de los casos, relacionados con la actividad sexual, siendo más frecuente durante una relación heterosexual, aunque también se presentan durante una relacion homosexual o durante la masturbación”.
Estas fracturas “pueden ser consecuencia de un traumatismo contuso sobre el pene o bien de una sobreangulación del mismo y, para que este hecho se produzca, es una condición necesaria que la albugínea se encuentre sometida a la tensión que ocasiona una fuerte erección”. Por este motivo, “se ha considerado la fractura de pene como una lesión típica de la edad joven por manipulación forzada durante el coito”.
Síntomas y «pene de berenjena»
En la mitad de los casos la presentación del cuadro clínico está compuesto por la tríada “pérdida de la erección, dolor y chasquido”, sin embargo, en otras ocasiones, puede presentarse de forma atípica como “dolor abdominal y disfunción eréctil”. En los procesos más severos de fractura peneana “el paciente refiere haber notado un chasquido con dolor súbito en la zona de la lesión”, informa el urólogo.
Pero sin duda, el signo más frecuente en la fractura de pene es la “decoloración, que aparece en el 41% de los casos, inmediatamente seguida de edema e hinchazón, presente en el 39% de los casos, lo que confiere el aspecto en berenjena clásico de la fractura de pene”, denominado como “pene en berenjena”.
El sangrado en el meato uretral y los síntomas urinarios sugieren la fractura de uretra concomitante, “lo que ocurre en el 5 o 6 % de los casos”, indica el experto.
¿Qué hay que hacer?
Postoperatorio
Tras la resolución quirúrgica del cuadro, «el paciente deberá guardar reposo sexual durante al menos 4-6 semanas combinado con tratamiento antiinflamatorio y vendaje compresivo del pene«. En la mayoría de los casos, «la recuperación es buena pudiendo el paciente volver a tener una actividad sexual normal».
En cuanto a cuándo podrá el paciente volver a mantener relaciones sexuales Peinado aconseja, en un primer momento «iniciar la actividad sexual a través de la masturbación, para verificar la integridad del pene y tomar confianza». Si el proceso ha ido bien, «podrá reiniciar la actividad sexual«, añade. En algunos casos, «se puede plantear añadir un tratamiento farmacológico para potenciar la erección y la confianza del paciente».
Por lo general, con este tratamiento y siguiendo las indicaciones del especialista, la recuperación completa tardará «mínimo 4 semanas, aunque a veces se aconseja esperar algunas semanas más si ha habido un grado de lesión importante», concluye.