“Las fantasías sexuales son representaciones mentales basadas en nuestros deseos que nos generan excitación o placer, estas pueden ser sobre algo real o vivido o creadas en nuestra imaginación”, explica a CuídatePlus Olga Fernández-Velilla Lapuerta, psicóloga General Sanitaria y especialista en Terapia Familia del Instituto Psicológico Cláritas.
En cuanto a cómo definir las fantasías sexuales desde el punto de vista psicológico, Lara Castro Grañén, fundadora de PlacerConSentido y coordinadora del Grupo de Trabajo Sexualidad y Pareja del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña, destaca que se trata de pensamientos simbólicos que “guardan un significado oculto que habla del interior de cada persona”.
Precisamente, la naturaleza propia de las fantasías sexuales hace que a veces esos deseos se alejen de las prácticas sexuales habituales, ¿por qué ocurre esto? “Las fantasías son maneras de expresar nuestros deseos sexuales más íntimos y nos permiten alejarnos de la realidad”, responde Fernández-Velilla. A su juicio, las fantasías sexuales funcionan como un preliminar sobre las prácticas sexuales que nos gustaría llevar a cabo, pero que aún no hemos dado el paso. “Por ello, mucha gente se permite vivir algunas de esas situaciones en el plano de las fantasías, en vez o antes de vivirlo en la realidad”, prosigue esta experta.
En este punto, Castro destaca que a veces el aspecto literal de la fantasía está muy alejado de la realidad, como puede ser tener deseos sexuales con una violación, pero es el significado oculto de la fantasía lo que sí se puede estar llevando a cabo de manera inconsciente. “Por ejemplo, actuar de objeto de deseo para la otra persona a través del juego a nivel sexual y de la seducción”, matiza esta psicóloga.
Por lo tanto, hay fantasías sexuales como el abuso de poder que pueden generar sentimientos como la vergüenza o la sensación de malestar porque no están en consonancia con nuestros valores, tal y como confirma Castro: “Lo que produce vergüenza es el sentido literal de la fantasía, ya que a veces puede ser muy llamativo o a la persona le puede parecer que es incongruente con sus valores o con su forma de vivir”. En su experiencia, es importante realizar un análisis profundo de la fantasía y ver qué mensaje le está dando la fantasía a la persona porque muchas veces estos deseos indican qué aspectos se deben trabajar a nivel psicológico.
Otro factor que causa malestar al confrontar una fantasía sexual con la realidad son los estándares impuestos por la sociedad: “A veces la propia educación hace vivir de forma negativa algunas fantasías, como si fuesen algo sucio de lo que avergonzarse o sentirse culpable por desearlo”, detalla Fernández-Velilla y continúa: en qué “esas fantasías perturbadoras, suelen darse cuando el contenido es contradictorio a los propios valores o la realidad de la persona porque eso genera incomodidad o emociones negativas en torno a la fantasía”.
Cómo controlar los sentimientos negativos
Según apuntan las expertas, aquello que está o no socialmente aceptado o la distancia entre las propias creencias y las fantasías sexuales son los principales elementos que pueden causar que una persona se sienta mal con determinadas fantasías sexuales. ¿Cómo manejar o evitar este sentimiento? “Para ello es importante saber diferenciar entre la realidad y lo fantaseado: que deseemos algo o nos vengan a la mente ciertas fantasías no nos definen”, responde Fernández-Velilla. Asimismo, esta psicóloga recuerda que “las fantasías se pueden modelar, son cómo un juego con el que podemos explorar nuestra sexualidad”.
Para la, coordinadora del Grupo de Trabajo Sexualidad y Pareja del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña, cuando una fantasía sexual nos hace sentirnos mal con nosotros mismos “lo más recomendable en este caso es iniciar un proceso psicoterapéutico con una persona que sea psicóloga-sexóloga y especializada en fantasías eróticas para lograr profundizar en el carácter simbólico de la fantasía”. En esta línea, la especialista en Terapia Familia del Instituto Psicológico Cláritas advierte que las fantasías sexuales son una oportunidad para el autoconocimiento en el ámbito sexual y con ello se puede fomentar el desarrollo de las mismas.
Y, ¿qué elementos son los que desencadenan esos deseos sexuales que a veces se alejan de la realidad? “Las fantasías suelen empezar en la infancia y están muy ligadas al desarrollo afectivo-sexual. Hay muchos factores implicados cómo la cultura, la educación, las propias experiencias, la información que se recibe de manera directa o indirecta o los deseos”, describe Fernández-Velilla. Al respecto, Castro sostiene que los factores implicados o desencadenantes de las fantasías sexuales dependen de la historia y de las vivencias de cada persona en concreto: cómo haya sido su desarrollo, conflictos emocionales o incluso necesidades individuales como la validad externa o la falta de autoestima.