Está cumpliendo sin aspavientos, pero mucha disciplina, está demostrando con variados hechos que honra la palabra empeñada. Paso a paso, uno tras de otro, demuestra empeño, en su avance diario y, ya en las comunidades, comienza a sentirse el cambio prometido.
Por lo menos en los rostros de la gente más pobre resalta la esperanza, y ello es cierto. Porque, sin olvidar que la problemática acosa a todos y sus planes pretenden soluciones posibles, sin embargo es hacia lo profundo del pueblo donde dirige una actividad muy positiva que se le aprecia, le distingue y se agradece.
De pocas palabras, porque va sincero a lo real, lo tangible, sabe lo que hace y, planificación por delante, con el soporte financiero indispensable, porque es un estricto cumplidor de leyes, normas y reglamentos, decide lo necesario.
Detallista, observa, escucha, pregunta y contrasta. Le importa, y mucho, lo que piensan y dicen quienes como él “también fueron hechos con la misma arcilla”. Por eso la gente le quiere, le aprecia, le respeta y le respalda.
Además, “porque nos cumple, no miente ni menos engaña”, como lo afirma Albina Rodríguez que, junto a Carlos, su marido y a Carlitos, su hijo, faenan la mar pescando en Punta Arenas.
Su Programa de Gobierno lo construyó a punta de verdades, que fue escuchando en cada rincón margariteño y cochense donde constató realidades: la desidia que fue horadando los servicios públicos hasta inutilizarlos casi, retrocediendo al pasado con la rabia (y tristeza) de haber sido parte fundamental de un país que se ufanaba, con muchísima razón, de haber ingresado al Siglo XXI orgulloso de su desarrollo logrado en democracia.
Los lineamientos, entonces, de lo que sería su gestión gubernamental, resultaron muy claros y determinantes: educación, salud y servicios públicos, pero sin olvidar soluciones igualmente factibles para enfrentar la aguda problemática generada por una cada vez desmesurada crisis socioeconómica, la más dura y larga de toda nuestra historia republicana.
Ese documento, que igualmente encierra la opinión, que le fue consultada, de todos los componentes de la sociedad civil neoespartana, a los que invitó, respetuosamente convencido de la valiosa ayuda que darían todos respaldando su sincero ofrecimiento de regresarle a Nueva Esparta el progreso y desarrollo que perdiera en las dos últimas gestiones administrativas de dos gobernadores que no mostraron preocupación alguna por sostener, imitar o superar tan siquiera lo que recibieron de una constructiva tarea democrática. Y ahora, puesto en práctica tan positivo compromiso, los insulares, sólida mayoría, comienzan a comprobar en toda la geografía de Margarita y Coche.
“¡Está cumpliendo!”, es lo que se dice en las calles, en las plazas de nuestros pueblos en cada uno de los once municipios. Porque es imposible negarlo, taparse los ojos y no querer escuchar una verdad que demuestra cómo el líder, el verdadero líder de la democracia insular está honrando su palabra. Por eso el pueblo lo pedía a gritos.
Por eso el pueblo de nuevo le entregó su destino y, junto a él, está marchando por el mejor de los caminos, directo al reencuentro de una Nueva Esparta que en su tiempo fue, durante muchas décadas, el estado con mayor y mejor calidad de vida en toda Venezuela. Tan solo por citar uno de sus muchos niveles de progreso y desarrollo que, lo sostiene el propio pueblo, con toda seguridad le regresará Morel Rodríguez Ávila
ÁngelCiroGuerrero