Un tsunami azul arrasó en España después de 15 días en los que la campaña entre los partidos vio más fango que política, desde Bildu al escándalo de compra de votos en Melilla, Mojácar o Albudeite, el único punto en común de las formaciones fue el de las consecuencias de estos comicios en clave nacional.
De Pedro Sánchez (PSOE) a Alberto Nuñez Feijóo (PP), todos y cada uno de los líderes coincidían en que el 28M pondría en relieve sus relatos, aunque en Ferraz no hay mucho que celebrar al final del día. En cambio, Génova festeja un vuelco electoral notorio: si Feijóo hacía suya la bandera contra el «sanchismo», la jornada de este domingo no hace más que encarar con mayor optimismo las generales que tendrán lugar en julio.
El Partido Popular (PP) es el gran triunfador del 28M, con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) cediendo territorios históricos, un Podemos desdibujado, Ciudadanos confirmando su debacle y Vox cobrando importancia como llave para gobernar en varias autonomías. Es la principal imagen que dibuja la primera cita electoral del año, que medía las fuerzas de las formaciones con la vista puesta en las próximas elecciones generales.
La formación de Santiago Abascal (Vox) cobró más protagonismo tras el 28 de mayo y consiguió entrar en varios parlamentos como Extremadura, La Rioja o Barcelona, entre otros, y tiene la posibilidad de ser la clave para que los del Partido Popular (PP) gobiernen en 18 capitales de provincia al superar los 1.700 concejales.
El porqué del adelanto electoral de Sánchez al 23J
Pedro Sánchez sacó la última carta por jugar y sorprendió a todos con la convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio, para intentar salir del desastre del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas de este domingo.
El presidente del Gobierno y líder de los socialistas decidió arriesgar tomando como base un dato del 28-M: extrapolando los resultados de las municipales a unas elecciones generales, el bloque del PP y Vox no sumaría los 176 escaños necesarios para gobernar España.
Según estas cuentas, el bloque de la derecha alcanzaría unos 160 escaños, aunque hay que hacer la salvedad de las diferencias entre ambas elecciones y también de que Vox no se presentaba en todos los ayuntamientos. Ese cálculo indica que el PSOE mantendría prácticamente sus 120 escaños y la duda sería qué ocurre a su izquierda.
Era necesario dar un triple salto mortal ahora, porque esperar a diciembre podría hacer que el desgaste del Gobierno se incrementara. Se ha constatado que no funciona su campaña electoral basada en anuncios y en medidas aprobadas y, por tanto, tampoco habría posibilidad de rentabilizarlos en adelante.
Con los datos de las recientes elecciones, el PP y Vox ganarían, pero no gobernarían, mientras que la izquierda y los partidos nacionalistas e independentistas sí tendrían opciones de reeditar los pactos de investidura.
Uno de los riesgos es que la ola de victoria del PP crezca en las próximas semanas, el movimiento ‘antisanchista’ se extienda y termine de movilizar aún más a la derecha.
Por contra, el movimiento de Sánchez pretende movilizar a la izquierda que pueda estar asustada por la victoria notable de la derecha y la extrema derecha.
Notiespartano/Analítica/EFE