El embarazo es una etapa de cambios y nuevas situaciones en la que es inevitable que surjan dudas de todo tipo, incluidas aquellas relacionadas con la salud sexual: qué prácticas sexuales son seguras, cuáles no, qué nuevas precauciones debemos tomar… En este sentido, a veces se asocia el embarazo con un mayor riesgo de infecciones vaginales y, en segundo plano, con aquellas de transmisión sexual a través del sexo oral. ¿Qué hay de cierto en todo esto? “El riesgo de infecciones de transmisión sexual vía sexo oral no es diferente durante el embarazo: el sexo oral puede ser vía de transmisión de faringitis gonocócica, al igual que fuera del embarazo”, explica a CuídatePlus Juan Macías, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). Asimismo, este especialista recuerda que la transmisión es siempre de genital a faringe, pero no al revés.
En este punto, Carlos Calle, facultativo del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, en Madrid, indica que practicar sexo oral durante el embarazo es seguro siempre que la gestante y su pareja sexual no sean portadores de ninguna infección de transmisión sexual. “No se ha reportado en la literatura científica ninguna asociación entre la gestación y el aumento de infecciones de trasmisión sexual por la práctica de sexo oral”, detalla y prosigue: “La práctica de sexo oral puede ser incluso recomendable en los casos en los que las relaciones vaginales con penetración puedan estar contraindicadas, como en los casos de riesgo de parto pretérmino por acortamiento cervical o riesgo de hemorragia uterina por placenta previa o de inserción baja”.
En cambio, ambos expertos confirman que sí hay un mayor riesgo de infecciones por hongos durante el embarazo. “Las infecciones por hongos pueden ser más frecuentes por cambios en el pH de la vagina asociados con el embarazo”, señala Macías. Sobre la relación entre embarazo e infecciones vaginales que no se consideran infecciones de transmisión sexual, Calle comenta “la elevación de los niveles de estrógenos que se produce de manera fisiológica durante el embarazo produce una alteración del ecosistema vaginal, lo que puede favorecer el desarrollo de infecciones vaginales (vaginitis), siendo las más frecuentes la candidiasis vulvovaginal (causada por el sobrecrecimiento del hongo Candida albicans) y la vaginosis bacteriana (causada por el sobrecrecimiento de diversas bacterias vaginales como la Gardnerella vaginalis)”.
En cuanto a cómo tratar la candidiasis vaginal durante el embarazo, Calle apunta que la terapia está dirigida al alivio de los síntomas, mientras que en caso de vaginosis bacteriana siempre se indica su tratamiento durante la gestación dado que sí puede ser causa de parto pretérmino.
Herpes y embarazo: ¿están relacionados?
Ambos expertos consultados sostienen que tanto el herpes genital como el no genital son virus muy extendidos en la población general. “La mayoría de los adolescentes y adultos ya somos portadores del herpes simple, el que no es genital. Cuando aparece un brote de herpes simple, lo más típico es como herpes labial, se debe a una reactivación de un herpes que ya teníamos”, destaca el portavoz de la Seimc, quien afirma que con el herpes genital pasa algo parecido. “Cuando se observa un herpes genital suele ser reactivación de un herpes previo, en especial cuando se da en adultos”, añade.
Por su parte, Calle apunta que una vez que se tiene la infección por herpes genital, la enfermedad aparece de forma periódica: “Hasta el 75% de las mujeres con herpes genital tendrán una recurrencia durante el embarazo y cerca del 14% en el momento del parto”. A su juicio, para reducir el riesgo de trasmisión al recién nacido, se recomienda practicar la cesárea a las gestantes con lesiones genitales activas o síntomas en el momento del parto. “El tratamiento profiláctico con Aciclovir (o sus profármacos Valaciclovir y Famciclovir) durante el tercer trimestre del embarazo reduce la frecuencia de recurrencias y la posibilidad de que existan lesiones activas durante el parto, por lo que disminuye la necesidad de realizar una cesárea”, matiza.
En términos generales, sobre la relación entre embarazo y riesgo de contraer una infección de transmisión sexual, incluido el herpes, Macías insiste en que «el sexo oral es ineficiente como vía de transmisión de faringe o boca a genitales, en cambio, puede ser la vía de contagio de gonococo y producir faringitis gonocócica de genitales a faringe”. Además, este especialista sostiene que “la transmisibilidad de las infecciones de trasmisión sexual guarda relación con los gérmenes y su capacidad de contagio y solo cuando el huésped presenta úlceras genitales, debidas a este tipo de infecciones o no, puede trasmitirse con más facilidad el VIH”.
Consejos para tener sexo seguro durante el embarazo
Desde Sanitas informan que el sexo durante el embarazo puede ser seguro tanto para la madre como para el bebé, siempre que no exista un embarazo de riesgo. En estos casos, es necesario seguir siempre las recomendaciones del personal sanitarios. Además, esta organización advierte que hay una serie de señales que sugieren un riesgo asociado al sexo durante la gestación:
- Cuando hay antecedentes de aborto espontáneo o parto prematuro.
- Si existe sangrado o flujo vaginal.
- Si se produce pérdida de líquido amniótico o placenta previa.
- Si se padece una enfermedad de transmisión sexual.
“Se recomienda evitar el contacto sexual con parejas que puedan tener lesiones o dolor en el área genital, región lumbar baja, glúteos o muslos; así como recibir sexo oral de parejas con lesiones bucales o labiales que pudieran estar causadas por el virus del herpes simple”, aconseja este especialista. En su opinión, usar preservativos y barreras bucales de goma previene la infección por virus herpes, tanto si las lesiones son visibles como si no.