Para muchos hombres tener una erección mantenida durante un tiempo puede ser un sueño pero para otros puede ser una pesadilla con nombre propio. Y es que, existe un trastorno denominado priapismo en el que el hombre no sólo no puede controlar la erección sino que esta es demasiado duradera y puede llegar a ser muy dolorosa.
El priapismo es un problema caracterizado por “una erección persistente de duración mayor de 4 horas que continúa más allá de la estimulación sexual o que no está relacionada con ella”, informa Francois Peinado, cirujano-urólogo y andrólogo y jefe del Servicio de Urología del Hospital Ruber Juan Bravo, 39, en Madrid.
Afortunadamente para los hombres, es un trastorno poco frecuente y que tiene solución. Según apuntan Roberto Molina y Luis Crespo, facultativos del Servicio de Urología del Hospital Universitario de Fuenlabrada, en Madrid, “su incidencia se encuentra en torno a un caso por cada 100.000 habitantes al año”.
Como se ha mencionado antes, es una erección que puede estar relacionada con el acto sexual, pero no siempre es así, además, las causas, desde un punto de vista etiológico, pueden ser múltiples, pero “hasta en un 50% de los casos su origen es desconocido y, en principio, no existe ningún factor de riesgo determinante que desencadene su aparición”, según apuntan los expertos del Hospital de Fuenlabrada.
Entre las posibles causas, “el priapismo puede producirse por otras enfermedades hematológicas, como la policitemia vera (un tipo de cáncer de la sangre); por otras patologías neurológicas o metabólicas y por la existencia de tumores, como el cáncer de próstata o de vejiga” apunta Alberto Pérez-Lanzac, urólogo del Hospital Beata María Ana.
Pero no sólo eso, sino que también puede estar relacionado con el “consumo de drogas, como la cocaína o la marihuana, y de medicamentos, como las benzodiacepinas, las prostaglandinas intracavernosas o los alfa-bloqueantes”, añade.
En opinión de Peinado, existiría otra causa que puede derivar en priapismo como son “las inyecciones que se ponen en el pene para provocar una erección, tanto en el estudio ecográfico doppler del pene, como en el tratamiento de la disfunción eréctil que no responde a los tratamientos médicos”. Además, como añade el experto, “recientemente se han descrito casos relacionados con la Covid-19, por el estado de hipercoagulabilidad en los vasos sanguíneos”.
Tipos y la importancia de diferenciarlos
Ante un caso de priapismo, según indican los expertos, es importante conocer su tipología para poder aplicar el tratamiento más adecuado. Tradicionalmente el priapismo se puede clasificar en dos tipos en isquémico y arterial. “El isquémico (bajo flujo), es el más frecuente, y se caracteriza por la ausencia de flujo sanguíneo cavernoso que condiciona una erección prolongada, generalmente dolorosa con participación del glande y del cuerpo esponjoso”, informan los urólogos del Hospital de Fuenlabrada. La variante no isquémica (arterial o de alto flujo), por su parte, “suele estar producida por una comunicación entre las arterias de la región perineal y los cuerpos cavernosos del pene (fístula arterio-cavernosa) secundaria a traumatismos y se caracteriza por una erección menos marcada, no dolorosa”, añaden.
En cuanto al diagnóstico de este problema, la historia clínica y la exploración física pueden orientar sobre el tipo de priapismo: “Mientras que la presencia de una erección dolorosa y completa es característica del priapismo de bajo flujo, un antecedente de traumatismo perineal nos haría pensar en un priapismo arterial”, indican Molina y Crespo. Aún así, “en todos los casos es necesaria la confirmación mediante un análisis de sangre obtenido directamente del cuerpo cavernoso del pene donde se medirán los niveles de oxígeno y dióxido de carbono”.
Como se ha mencionado antes, este problema es fácil de identificar ya que el principal síntomas es el de una erección mantenida durante tiempo y sin estímulo que lo provoque pero, ¿qué hay que hacer antes de ir a urgencias? “Las medidas iniciales a adoptar ante una erección mantenida más de 4 horas en ausencia de estímulo sexual y que no cede con la eyaculación son la aplicación de hielo local” y, aunque parezca extraño, “realizar actividad física con el fin de intentar incrementar el tono simpático del organismo”, recomiendan Molina y Crespo. En caso de no conseguir la resolución con las medidas anteriores “será imprescindible acudir al servicio de urgencias puesto que la evolución prolongada puede terminar causando daños permanentes”, advierten.
Al no ser un problema inflamatorio, “los antiinflamatorios no sirven como tal para aliviar el problema, aunque sí pueden reducir el dolor”, añade. En cuanto a la aplicación de hielo en la zona, Peinado recuerda que “el hielo actúa como vasoconstrictor por lo que, si han pasado pocas horas desde la erección, sí puede ayudar a mejorar la situación”.
Además, hay que tener en cuenta que, como tranquiliza Peinado, “en la mayoría de los casos, el priapismo desaparece con medidas locales como el hielo, la masturbación o el ejercicio que producen una respuesta fisiológica en el pene, pero si pasan varias horas o la erección va a más, se debe acudir a urgencias”.
Secuelas
Diferenciar entre priapismo isquémico y arterial es fundamental, también, para valorar las futuras secuelas de este problema. “En el primero de los tipos puede producirse la isquemia y necrosis del cuerpo cavernoso que conlleve a una disfunción eréctil definitiva (la norma si la evolución es superior a 36 horas), por lo que la instauración del tratamiento debe realizarse de forma inmediata, pudiéndose diferir el tratamiento del segundo”, explican desde el Hospital de Fuenlabrada.
Es importante tener en cuenta que, en ambos casos e independientemente de la resolución del episodio, “se pueden producir secuelas en la función sexual de los hombres que precisen de tratamientos adicionales”, informan los expertos.
Según el Grupo de Educación en Salud para la Ciudadanía de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) “el indicador pronóstico más importante de la conservación de la función eréctil es dependiente de la duración del priapismo, es decir, la intervención oportuna y rápida es necesaria. Se ha dicho que los hombres con menos de 24 horas de priapismo tienen un 92% de probabilidad de volver al mismo estado de función eréctil previo al priapismo frente al 22% si el episodio priapístico tenía una duración mayor a 7 días.
Tratamiento del urólogo
El tratamiento de este problema dependerá del tipo. Según informan desde el Hospital de Fuenlabrada, “el tratamiento en los casos de bajo flujo consistirá en la aspiración de sangre del cuerpo cavernoso y la inyección, bajo anestesia local, de sustancias vasoconstrictoras como la noradrenalina o la fenilefrina y en caso de no resolverse, deberemos optar por la evacuación quirúrgica de la sangre”.
En los pacientes con priapismo arterial, indican, «el tratamiento consiste en ocluir la fístula mediante embolización”. Asimismo, “tras la resolución del episodio conviene realizar un estudio para descartar problemas hematológicos o tumores pélvicos (si no existió una causa evidente desencadenante como un traumatismo pélvico o el consumo de drogas), aunque estas causas son extremadamente infrecuentes”, concluyen los expertos.