El régimen, acorralado como está, cada día busca afilar mejor las trampas que ya no esconde, porque todas han quedado descubiertas, a causa suya, dada su desesperación por impedir, como sea, que lo desplacen del poder donde lleva atrincherado casi dos décadas y media.
Acompañado de las amenazas que lanza todos los miércoles el inefable hombre del mazo y le secunda el virulento psiquiatra desde la asamblea, recibiendo expresas órdenes del que manda en Miraflores, los oficialistas juran, por la memoria de su comandante ido, y la de Fidel también que, una vez más, tendrán todo el apoyo de las nuevas autoridades rectoras del Consejo Supremo Electoral, puesto que los tiene muy nerviosos la merma de su casi diaria del que fuese un enorme caudal de rodillas en tierra que, afiebrados y en fila india, antes los respaldaba.
De allí que, presuntamente y según lo que se sabe en todas partes, porque es la comidilla política, el régimen ha dado instrucciones muy precisas a sus levanta manos para que voten por Elvis Amoroso, el anodino contralor que no ha controlado en su ejercicio a nadie del gobierno, pero sí a cualquier opositor tuviese o no responsabilidad, en la más inefable demostración de castigo para el adversario y perdón para el funcionario militante del partido de gobierno.
Amoroso, un hombre que, a la fecha, no ha dicho una palabra sobre su antes hermano del alma Tareck El Aissami, jefe de la mafia que asaltó la república y que nadie, que no sea del alto gobierno, sabe dónde está.
Un hombre que no tuvo valor de firmar, porque la sabía de antemano írrita, la declaratoria de inhabilitación de María Corina Machado y descargó la acción tan miserable en manos de un subalterno para que recibiese la repulsa de millones de venezolanos decentes molestos ante una acción tan vil, creyendo detener el arrollador avance, en todo sentido, que la candidata de la oposición nacional, muestra en su recorrido por pueblos y ciudades de Venezuela.
Un hombre que dice sí a todo lo que se le ordena y que, según muchos de quienes le conocen desde Maracay, donde es oriundo, estaba a la espera que pasara el tren rojo y, sin haber hecho nada, llega gratis a la estación central donde apilados se encontraban todos los iguales a él que buscaban colearse en la revolución triunfante.
Su candidatura, así se sabe, es la más blindada, la de mayor confianza del régimen, la que mejores garantías de triunfo hasta el presente tiene. En el actual contralor, Miraflores ha puesto su confianza y le ha brindado apoyo, salvo que a última hora lo sustituyan por otro más pilas, más inteligente y más probado chavista para ese “nombramiento”, el régimen, como en otros procedimientos, violenta toda norma, reglamento y ley existente, por más explicaciones que haya dado el psiquiatra en cuanto a lo “inexpugnable”, según su acomodaticia opinión, que sea tanto la elección de los nuevos rectores como del proceso a celebrarse el venidero 2024..
Basta recordar, que la propia Carta Magna deja en claro que, para ser electo rector del CNE, se requiere no ser ni haber sido militante de algún partido político, prohibición que el régimen fusiló hade años para acomodar los suyos en ese organismo, a menos que el citado “sí, sí, sí mi comandante”, que se sepa, haya renunciado a su ideología social comunista, como antes renunciara a su ideología socialdemócrata.
La cuestión es parar, detener, intervenir, dinamitar el proceso de primarias, primera victoria de la ciudadanía frente al régimen intervencionista, firme y formalmente representada en el liderazgo de María Corina Machado.
Dado que esta vez, como visto está, la maniobra le salió al revés, él régimen recurrió a la segunda jugada: implosionar el Directorio del CEN, obligando la renuncia de sus rectores, para abrirle paso a la elección, dirigida por el psiquiatra, de nuevas autoridades. Pero esta vez, asegurándose que la mayoría sean suyos, toditos suyos, y nadie mejor que apuntalar al que te conté.
La tercera jugada, o maniobra, radica en cómo hará el régimen, con su “nuevo rector” en “el nuevo CNE”, para escabullirle los votos que le propinarán en su contra millones de venezolanos. Tendrán, que obligar a los cientos de “veedores” de la izquierda progre internacional, a negar, por ejemplo, lo que verán sus propias caras, (y el mundo entero en vivo y en directo por TV) que fueron mentiras las cuadras y cuadras llenas de gente haciendo cola para votar en contra de Nicolás Maduro, el Psuv y su revolución.
En ese momento, veremos qué hará el contralor que no controló nada cuando su obligación era controlar en la Contraloría General de la República los descontroles del régimen, ¿Validará “el control” que el psiquiatra le obligará a ejercer o impondrá el verdadero control al cual habrá de obligarle su conciencia?
AngelCiroGuerrero