Muchos hombres nunca han oído hablar de la hiperplasia benigna de próstata (HBP). Para aumentar la información y el conocimiento sobre esta patología, y coincidiendo con Movember -movimiento centrado en la concienciación de la salud masculina que se celebra en el mes de noviembre-, Juan Ignacio Martínez Salamanca, de la Asociación Española de Urología (AEU), explica a Cuídateplus que se trata de “una enfermedad benigna que afecta principalmente a la próstata de los hombres por encima de los 40 años. Según aumenta la edad, puede ir haciéndose más evidente. Se debe al crecimiento de una parte concreta de la próstata, precisamente aquella que abraza a la uretra (el conducto de salida de la orina desde la vejiga), lo que origina que el paciente orine con dificultad y tenga otros síntomas asociados”.
El urólogo señala que las causas definitivas que producen la HBP no se conocen, aunque parece que tiene una fuerte influencia hormonal, y, sobre todo, está relacionada con la edad. “Los síntomas de HBP raramente aparecen antes de los 40 años de edad, afectando al 14% de los varones de 40 a 50 años; al 50% de hombres en la sexta década de la vida; y hasta al 90%, a partir de los 70 años. Es una de las enfermedades más frecuentes y de mayor morbilidad en el varón anciano, con importante repercusión en su calidad de vida”, cuenta Martínez Salamanca.
¿Los síntomas de hiperplasia benigna de próstata son reconocibles?
Existen dos tipos de síntomas del tracto urinario inferior que los pacientes con hiperplasia benigna de próstata pueden reconocer fácilmente, según el especialista en Urología.
- La disminución de la fuerza o la interrupción del chorro al orinar, la dificultad para iniciar la micción, el goteo tras terminar de miccionar, la sensación de vaciado incompleto de la vejiga, la percepción de urgencia, la frecuencia miccional durante la noche y el escozor al orinar.
- Y también pueden aparecer síntomas que sugieren complicaciones: retención de orina, sangrado con la orina o infecciones de orina.
“Estamos muy acostumbrados a recibir a pacientes con esta enfermedad que consultan con mucho tiempo de retraso, lo cual origina que podamos ver complicaciones o estados muy avanzados de la HBP que podrían haberse evitado si hubiesen sido tratados antes. Si comienzan a presentar síntomas como los descritos antes, deben consultar con su médico para que estime si precisa de una valoración por el urólogo”, aconseja Martínez Salamanca.
¿Puede provocar incontinencia urinaria?
El miembro de la AEU confirma que, “efectivamente, cuando la HBP afecta a la vejiga de manera retrógrada (hacia atrás), los pacientes pueden empezar a presentar síntomas como la urgencia miccional. Tienen una sensación imperiosa de orinar, que puede llegar a originar escapes de orina antes de poder llegar a un aseo”.
¿Hay algún vínculo entre la HBP y el cáncer de próstata?
Martínez Salamanca subraya que, “a pesar de que pueden coexistir en el mismo paciente, la HBP no tiene una relación causal con el cáncer de próstata. Es muy importante destacar que los pacientes con HBP no tienen mayor riesgo de desarrollar un cáncer de próstata. De hecho, en varios estudios se ha descrito, incluso, la menor presencia de cáncer de próstata en pacientes con una HBP de un grado considerable”.
Influencia en la calidad de vida y en la vida sexual del paciente
El urólogo explica que es poco frecuente que la HBP llegue a ser un peligro para la vida, pues la evolución de la enfermedad es lenta y progresiva y solo de manera excepcional se producen complicaciones importantes, como la retención aguda de orina o insuficiencia renal. A pesar de todo esto, el experto indica que “el crecimiento y progresivo aumento de los síntomas prostáticos sí que puede llegar a ser muy molesto y disminuir de forma importante la calidad de vida del paciente. Por esto, en el tratamiento de la HBP se debe tener muy en cuenta el impacto que produce la enfermedad en su vida diaria y el paciente es el que debe intervenir en la decisión final de la terapia aplicada”.
Según un estudio en 5.000 varones, la presencia de síntomas del tracto urinario inferior en pacientes con disfunción eréctil fue del 72%; mientras que en pacientes sin disfunción sexual fue del 37,7% en la misma edad. En España, los datos recogidos predicen que con HBP (próstata agrandada) un hombre tiene tres veces más posibilidades de padecer una disfunción eréctil que si no padece hiperplasia benigna de próstata.
Tratamientos para esta patología urológica
Existen básicamente dos tipos de tratamiento, menciona Martínez Salamanca. Por un lado, los tratamientos farmacológicos, que sirven para paliar los síntomas y que ayudan a mejorar la calidad del chorro, el vaciamiento de la vejiga y, por lo tanto, la calidad de vida. Por otro lado, están los tratamientos quirúrgicos, cuya intención es resolver el problema de manera mecánica mediante la eliminación del tejido prostático que ha crecido y que obstruye el conducto de la orina hasta el exterior. Para ello, en estas cirugías habitualmente es preciso destruir una gran cantidad de tejido para dejar paso libre a la salida de la orina.
“Desde hace relativamente poco existen nuevas alternativas terapéuticas, que, si bien necesitan más validación, han comunicado iniciales datos muy prometedores. Un ejemplo es el Rezum, un tratamiento mínimamente invasivo que permite mejorar los síntomas de los pacientes usando el vapor de agua inyectado en la glándula prostática”.
Cómo se puede cuidar la salud prostática
Por último, el urólogo menciona algunas de las recomendaciones más importantes para el cuidado de la próstata:
- Mantener un peso corporal saludable, ya que la obesidad suele aumentar la predisposición a sufrir muchas enfermedades, incluida la HBP o el cáncer de próstata.
- Fomentar el consumo de alimentos saludables para la próstata, como la dieta mediterránea, el pescado, las espinacas, el tomate, las grasas «buenas», la fruta o el té verde.
- Hacer ejercicio de manera frecuente.
- Llevar una vida sexual activa. Varios estudios de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) sugieren que eyacular con mayor frecuencia disminuye el riesgo de cáncer de próstata.