Por la calidad de su salud, óptimas condiciones de bienestar, destacan los japoneses. Estos no se enfocan en dietas, cambios de alimentación rigurosos. Al contrario, tienen un secreto que permite mantenerse en forma sin necesidad de atravesar diversas transformaciones.
El Ministerio de Salud y Nutrición de Japón, indicó que poseen “una característica de la fisonomía de las personas del país del Sol Naciente, es que en su mayoría conservan una figura delgada”, aparte de rutinas saludables.
“Es uno de los países del mundo con menor índice de obesidad, con solo 3,5 % en comparación con otros países como Alemania, Francia e Italia, que tienen entre el 21 % y 22 %; Reino Unido, 26 %; y Estados Unidos, 33,6 %”.
El secreto de los japoneses sin dieta
El secreto de los japoneses radica en hábitos saludables. Según Mónica Hashimoto, exeditora de una revista de difusión de cultura japonesa en Argentina llamada Alternativa Nikkei, suelen realizar baños calientes.
“Yo creo que más que una forma de dieta se trata de frugalidad y del respeto que tenemos los japoneses hacia los alimentos para comer lo necesario y la consideración que tenemos con los demás para no llenarnos cuando otros pueden estar pasándolo mal”.
Asimismo, toman en cuenta la macrobiótica. “La misma se basa en comer, vivir en armonía y buscar el equilibrio del cuerpo”, de acuerdo con la creación del filósofo japonés George Ohsawa.
A fin de cumplir con ello, “la comida que se consume es preferiblemente con productos orgánicos y de temporada. Se divide en cereales integrales, como el arroz, la avena, la cebada, el trigo sarraceno o la quinoa (entre 40 y 60 %), frutas y verduras (entre 20 y 30 %) y productos animales y derivados (entre 10 y 25 %)”.
Siguen el método Método Hara Hachi Bu. “Una enseñanza confuciana que instruye a las personas a comer hasta llenarse en un 80 por ciento o cuando uno siente cierta sensación de saciedad”.
Para Hashimoto, “más que una forma de dieta se trata de frugalidad y del respeto que tenemos los japoneses hacia los alimentos para comer lo necesario y la consideración que tenemos con los demás para no llenarnos cuando otros pueden estar pasándolo mal”, no sintiéndose nada bien.
¿Y los alimentos ultraprocesados?
La experta en programas de alimentación Mariana Patrón comentó que los alimentos ultraprocesados, grasas trans o azúcares refinados no tienen espacio en su nutrición diaria.
“Si comparamos con nuestras elecciones occidentales, donde predomina la carne vacuna y la grasa animal (queso, mantequilla, crema, pastelería) y donde cada vez hay mayor consumo de alimentos ultraprocesados con adición de azúcar y sal extra y todo tipo de aditivos. Claro que los japoneses tienen más nutrientes a partir de su dieta, y eso colabora con la preservación de la salud y el bienestar por mayor cantidad de años”.