Cuando el Negro Velásquez llegó a San Juan Bautista fue producto de que alguien le sugirió que por sus problemas crónicos de asma debía buscar el aire de la montaña para conseguir la cura a una enfermedad que por años lo mantuvo en un estrés permanente.
Había desarrollado el roblero el oficio de boticario y llegó a curar enfermos en Los Robles donde lo respetaron por sus actos de buena voluntad para con los enfermos.
Así entendió el Negro Velásquez que debía radicarse en San Juan Bautista y dejar su lar con sus amistades, su casta y hasta sus raíces, pero había que sanar de esa asma que lo agobiaba cada día y que no llegaba la cura a sus males, cuestión que lo mantenía desconcentrado para desarrollar la pasión de su vida que era no solo ser el boticario del pueblo, sino su afición a la política.
La inteligencia, la picardía y la habilidad de Pedro Alberto Velásquez la combinó con ese samaritanismo para atender a los enfermos y la buena voluntad para permanecer solucionando los problemas a su gente y a su comunidad. Dejó el Negro Velásquez sus sueños de proyectarse políticamente en Los Robles y no le importó su futuro, su amistad con Morel que era el político más influyente de su pueblo, sus propiedades entre ellas la casa de su madre la Maestra Luisa Rosas de Velásquez y el historial de su Padre Pedro Velásquez. La idea era curarse del asma que lo atrapaba cada noche y cada día.
Dejó el URD de sus sueños y empezó a desarmar sus propiedades antes de partir a tierra datilera en busca no solo de la cura, sino de penetrar la sociedad sanjuanera con el mismo oficio de boticario que tantos frutos y reconocimiento le dio en Los Robles.
No fue fácil desprender a Checame y sus muchachos de la raíz roblera, pero el líder familiar requería de cura para el asma y así se decidió en familia. A Coromoto, Pedrito, Rafael Ángel, Betsabeth y Fernando les correspondió asumir el compromiso de desprenderse de su cordón umbilical por amor a su padre y dejaron atrás sus sueños infantiles, sus amistades y el amor por su pueblo.
Se quedaron muy tristes sus amigos robleros que tanto compartieron con el Negro Velásquez y Luis Beltrán Brito, Manuel Vicente Avila, Luis Rafael, Luis Anibal Brito, Pedro Simón Navarro y tantas personas que apreciaban al Negro Velásquez entendieron la situación y fue un acontecimiento en Los Robles que un ciudadano tan importante para su comunidad tuviese que partir por razones de salud al Valle de San Juan donde debía comenzar de cero para empezar a rehacer su vida. Pero el Negro Velásquez llevaba su carta de boticario y de político como documento de presentación y nadie dudó que la iba a ir bien en su nuevo proyecto de vida.
Llegó a San Juan y a los pocos meses ya todos lo sanjuaneros conocían al Negro Velásquez que instaló su botica frente a los espacios de la Alcaldía de Díaz y donde prestó servicio a la comunidad por años.
En ese pueblo sanjuanero se ganó el Negro Velásquez su espacio político y llegó a ser concejal y un político influyente en el pueblo datilero donde dejó grandes recuerdos y el cariño de su gente.
En San Juan creció Pedro Alberto Velásquez como político y dejó un legado de habilidad política y de inteligencia que todavía los sanjuaneros recuerdan con mucho afecto de su paso por tierras datileras.
Ahora cuando se celebró este 24 de junio la fiesta en homenaje a San Juan Bautista con Marisel y Checame como protagonistas políticos de los nuevos tiempos y con Los Monagas en el poder sanjuanero estamos ante una nueva realidad política en los últimos 20 años.
Con Alejandro “el Principito” que tuvo su pasantía por el poder como director de la Clínica Bolivariana donde compartió rol con otro roblero que triunfó en Díaz, Brígido Arocha, el Negro que también y dejó huellas en tierras sanjuaneras donde hay raza pilarense por los hijos de José Maraver y La Negra Avila donde José Jardiel, Médico y Toño Maraver Avila y los hijos de esa pareja que crecieron en la calle cercana el “Gaspar Marcano” donde laboré por 10 años son parte de la sangre roblera en ese municipio.
Ahora cuando se celebra el día de San Juan Bautista en tierra datilera con la alegría de su pueblo que le rinde culto a la devoción religiosa de su tierra que muestra su alegría espiritual y que ese baile de tambor con el que en las costas del Litoral Central y en algunas poblaciones de Miranda para rendirle culto al hijo de Zacarías que en el Valle de San Juan Bautista consiguió cobijo para proteger con su manto a sus fieles que le rinden culto cada 24 de junio donde toda la vida se celebran estas tradiciones que nos legaron los españoles.
Ahora Los Robles también tiene su San Juan Roblero como lo señaló el concejal Asdrubal Delgado para rendirle culto al santo patrono de San Juan Bautista, el hijo de Isabel.
A estos robleros hay que ponerles cuidado porque así como mandaron al Negro Velásquez a San Juan Bautista también se inventaron el San Juan Roblero que sin ánimos de quitarle relevancia a la tradición sanjuanera ya se celebra en Los Robles la fiesta del 24 de junio.
A 20 pasos de la iglesia Nuestra Señora del Pilar nació en la casa de Facundo y Olga, donde las Jiménez como las bautizaron en el pueblo resaltan con su esfuerzo una tradición que está naciendo en homenaje a San Juan Bautista y que el guaireño-roblero Asdrúbal Delgado lo bautizó en las redes como el San Juan Roblero para elevar una tradición religiosa que hizo el milagro de cambiar posiciones ideológicas en el tiempo. Algo hay que agradecerle a San Juan que es milagroso al contribuir a que mucha gente abra los ojos y entienda que hace rato agarraron el camino equivocado que llevó a Venezuela a la peor tragedia de sus historia.
De esa forma los robleros le rinden culto al hijo de Zacarías y en Casa de Las Jiménez se le dio origen en Los Robles a una celebración que ya no solo se hace en San Juan Bautista sino que en una población que también tiene tradición española porque la Virgen del Pilar fue vista por Santiago El Mayor a orillas del Río Ebro en Zaragoza, España.
Estas fiestas en Los Robles se celebra de manera doméstica en casa de Facundo Jiménez, el hijo de Casto y Lourdes y que no pudo ver el nacimiento del San Juan Roblero, ni el florecimiento de su casa como espacio religioso no solo por el San Juan Roblero, sino por la consagración de un cura en su familia.
La mano de Dios es poderosa y señala los caminos de la salvación de la humanidad con actos de fe que indican la ruta de la esperanza de los pueblos del mundo y es en tierra de la Virgen del Pilar que por eso este pueblo lleva su nombre en honor a la primera aparición mariana de la historia del mundo.
Encíclica/ManuelAvila