Los ésteres de colesterol, que consisten en moléculas de colesterol unidas a ácidos grasos, almacenan y transportan colesterol por todo el cuerpo. Ahora, un nuevo estudio de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular ha examinados los ésteres de colesterol para concluir que los períodos de inactividad prolongada pueden afectar a las personas de manera diferente según su edad. El director del trabajo es Trevor Romsdahl, científico investigador de la Rama Médica de la Universidad de Texas en Galveston (Estados Unidos). Romsdahl presentará la investigación en Discover BMB, la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular.
A medida que las personas envejecen, aumenta el riesgo de ser hospitalizadas o postradas en cama. Estos largos períodos de inactividad conllevan una serie de efectos negativos para la salud, como la reducción de la función de la insulina y la pérdida de masa muscular, masa ósea y fuerza. Los científicos están trabajando para comprender mejor la biología involucrada en estos cambios para poder desarrollar terapias que reduzcan las consecuencias negativas de la inactividad física.
Según Romsdahl, en este trabajo se midieron los ésteres de colesterol del plasma sanguíneo recolectados durante estudios de reposo en cama centrados en adultos de mediana edad y mayores. «Hasta donde sabemos, ningún estudio ha medido las especies moleculares específicas de ésteres de colesterilo durante un estudio de reposo en cama. La mayoría del resto de trabajos se han centrado en medir las concentraciones de colesterol de lipoproteínas de baja y alta densidad»
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