La Ceiba de Los Robles proveniente de las bombaceas tenía más de 250 años de vida. Las ceibas tienen un promedio de vida de más de 60 años y este árbol llegó al final de su vida útil. No fue por capricho que intervinieron los organismos competentes de Ambiente de la región para hacer intentos por salvar un árbol que estaba seco en sus brazos más grandes haciendo unos cortes que pudieran hacer reverdecer de nuevo su hermosa anatomía.
Dicen los expertos que pudiera resurgir de nuevo la Ceiba de Los Robles y por eso los cortes realizados solo buscan su salvación porque hay una posibilidad cierta que vuelva a la vida este simbología de la fortaleza y la vigorosidad del roblero.
Tenemos esperanzas en su renacer y a decir de los expertos en la,materia le queda algo de vida en su tronco y esperamos un milagro que con la colocación de nutrientes y los cortes que se hicieron pudiera ocurrir el milagro de ver de nuevo resurgir el gigante que se fue secando progresivamente hasta dejarlo seco y con pocas esperanzas de vida.
Muchas lágrimas corrieron por las mejillas de muchos pilarenses que han visto caer a ese gigante que lucha contra los imponderables del destino, Pero hay esperanzas porque los técnicos están tratando a este gigante del tiempo que simboliza nuestra esencia de la Ribleridad
Seguimos orando por nuestra Ceiba Roblera y tenemos firmes esperanzas que la mano de Dios y la fe en nuestra Virgen del Pilar permitirá el renacer de este árbol de la vida.
Solo Dios decide la suerte de los que habitamos en este planeta y creemos que los esfuerzos por salvar el árbol pasa por los cortes y los nutrientes que se le colocarán darán buenos resultados despuésxde una poda que se aplicó como elemento curativo buscando el renacer de la icónica Ceiba.
Creemos en la visión de los mayas que esté árbol es la representación de la vida y por eso está en manos de los expertos el renacer de nuestra ceiba que tomaron esa medida de la poda para intentar salvar este centinela de Los Robles.Vamos a creer que se puede lograr el milagro del retoñar de éste gigante.
ManuelAvila