Por el año 1975 los robleros que formaban parte de la Comunidad Educativa del Grupo Escolar “Víctor Cedeño” empezaron a soñar con tener un liceo para que los estudiantes pilarenses no tuvieran la necesidad de acudir a Porlamar, a Pampatar o a La Asunción en busca de espacios para realizar sus estudios de bachillerato.
Y en vista del crecimiento de Los Robles que ahora tenía las urbanizaciones Jorge Coll y Playas del Ángel y creciendo urbanísticamente, pues era necesario presionar a las autoridades educativas para instalar un liceo en Los Robles.
Para la época el dilema de tener un liceo era una temática del día en la población y más allá de eso se planteó la discusión sobre en qué terreno se construiría y el nombre que llevaría el liceo.
Unos apoyaron el nombre de la Maestra Luisa Rosas de Velásquez la insigne educadora pilarense y otro grupo entre los cuales estaba Nicanor Navarro apoyaban el nombre de su maestro José Augusto de León que, aunque no era roblero había dado grandes aportes como maestro y luego como director.
Eso lo escribió Nicanor en el Diario del Caribe en un artículo titulado “Un Liceo para Los Robles” de fecha 16-03-75 y donde decía “En Los Robles hay terrenos suficientes para levantar el edificio del liceo sin problemas de espacio. En La Auyama por ejemplo”.
“Otro problema que se presenta con el Liceo de Los Robles es el nombre que ha de llevar. Algunos han asomado el nombre de Luisa Rosas de Velásquez, muy meritorio, por cierto. No obstante, a ello, la mayoría del pueblo se pronuncia por el nombre de José Augusto D León, maestro de trayectoria intachable, autor del himno del maestro neoespartano, poliglota, periodista y músico de muy refinado gusto que sembró en Los Robles lo mejor de su talento en pro de varias generaciones; además a la maestra Luisa Rosas de Velásquez ya se le ha rendido homenaje póstumo al bautizar con su nombre una de nuestras plazas”. Esa era la posición del cronista Nicanor Navarro que cuando se ponía terco había de complacerlo porque llevaba las batallas hasta el final.
Esa idea del Liceo para Los Robles la asomó el prestigioso e influyente profesor porlamarense José Basilio Hernández que vino a Los Robles y soltó esa prenda para que los maestros robleros levantaran las banderas del crecimiento académico del pueblo.
Esa bandera la tomaron varios maestros robleros y fue el diputado Morel Rodríguez Avila quien se llevó esa idea a Caracas y trajo una respuesta muy rápido con la noticia que se iba a construir el liceo para Los Robles.
Ya en 1975 estaba la prima hermana Rosita Jiménez de Cocorese instalada como directora en el liceo que se construyó en el terreno de la parte de atrás del Grupo Escolar “Víctor Cedeño”, así tuvo el liceo y la escuela de Los Robles los nombres de dos maestros que no eran robleros Víctor Cedeño de Pampatar y José Augusto D León de Porlamar.
Pero los robleros se dejaron meter esos dos strikes que vulneraron la robleridad y no les importó a los críticos de la época los nombres, sino que funcionaran las instituciones.
Vino otro dilema cuando el Gobernador Virgilio Avila Vivas que fue el que ejecutó la obra quiso imponer el nombre del honorable maestro vallero Alberto Heredia Piñerúa y hubo enfrentamientos con la comunidad que se impuso con el nombre de José Augusto D León.
Varios enfrentamientos tuvieron el sueño del Liceo de Los Robles entre ellos el nombre, el terreno y la construcción del liceo en los espacios del Grupo Escolar Víctor Cedeño.
Grandes batallas para la instalación del Liceo y hay que destacar la idea inicial del profesor José Basilio Hernández que vino a Los Robles a dejar huellas de su visión clara de la educación, el impulso de los maestros robleros liderados por los maestros Luis Enrique Guerra, Gloria Rojas de Rodríguez y Santiago González fueron a Caracas a realizar trámites legales para el inicio del liceo, la participación del profesor Francisco Aguilera Rondón, esposo de la maestra Julia Carmen de Aguilera que fue el director de Educación para la época, el vuelo rápido del diputado Morel Rodríguez que se fue a Caracas y consiguió el logro de la construcción del liceo en muy corto tiempo, el impulso de la comunidad educativa roblera, los esfuerzos del cronista Nicanor Navarro no solo para promocionar ante la opinión pública la creación del liceo y la defensa del nombre de su maestro José Augusto D León en una batalla con los nombres de Luisa Rosas de Velásquez y Alberto Heredia Piñerúa y donde si no hubo discusión fue en el nombramiento de la profesora Rosa Jiménez de Cocorese como directora del plantel por su sobrados méritos como docente.
Esa historia habla de lo polémico de los pilarenses que una vez que tomaron la idea del maestro José Basilio Hernández acudieron a las instancias necesarias para que el mes de octubre de 1975 empezara a funcionar el Ciclo Básico Común “Creación Los Robles” que el año escolar 76-77 empezó a funcionar con toda normalidad.
Después vendría otro conflicto con la conversión a Liceo Militar que fue un sueño de muchos y que después de convirtió en una lucha infernal para volver el centro de estudios porque se perdió el rumbo con los maltratos de los militares que obligó al pueblo a meter presión para devolverlo a su estado inicial.
Entre disputas y disputas el pueblo roblero se dejó meter el strike del Liceo Militar y una vez que hicieron comerse los cigarrillos a los estudiantes, los plantones y los castigos que imponían los militares a los estudiantes, ahí despertó la comunidad hasta terminar con el mito militar en la comunidad pilarense.
Se acabó el ego roblero de tener hijos militares y desde esos tiempos solo los chavistas hablan de militares en Los Robles porque los de este pueblo le echaron la maldición con la mano zurda a los castrenses.
Encíclica/ManuelAvila


