En lo más profundo de las selvas tropicales del sudeste asiático, un simio peculiar llama la atención por una característica física que lo diferencia de cualquier otro primate: su enorme nariz. El mono narigudo (Nasalis larvatus), conocido en algunas regiones como mono narigón o násico, es una especie que ha despertado la curiosidad de biólogos y viajeros por su aspecto y comportamiento inusuales. Su prominente nariz, digna de compararse con la del famoso personaje literario Cyrano de Bergerac, lo convierte en uno de los primates más llamativos del mundo animal. Este rasgo no solo es un reflejo de su evolución, sino que también desempeña un papel clave en su vida social y en la selección sexual.
Las características de un mono narigudo
El rasgo más distintivo del mono narigudo es, sin duda, su nariz grande y colgante, especialmente en los machos. La larga nariz de los machos puede llegar a medir hasta 10 centímetros y cuelga sobre su boca, dándoles una apariencia casi caricaturesca. Las hembras, por su parte, también presentan una nariz prominente, aunque considerablemente más pequeña que la de los machos. Se cree que esta particularidad ha evolucionado como un rasgo sexual secundario, atrayendo a las hembras y ayudando a amplificar los sonidos que los machos emiten para comunicarse, especialmente en la densa vegetación del bosque tropical.
Además de su nariz distintiva, el mono narigudo es de tamaño mediano, con una longitud corporal que varía entre los 50 y 75 centímetros y una cola que suele ser igual o incluso más larga que su cuerpo. Los machos son significativamente más grandes que las hembras, con un peso que puede superar los 20 kilogramos, mientras que las hembras suelen pesar alrededor de 10 kilogramos.
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