El jefe del ejército de Pakistán, el general Asim Munir, se reunió con altos funcionarios estadounidense en una inusual visita a Estados Unidos que busca superar las tensas relaciones en medio de la urgencia de establecer alianzas para luchar contra el terrorismo.
Esta es la primera visita a EE.UU. de Munir desde que tomó el mando de la fuerza más poderosa de Pakistán hace un año, y ocurre en un momento en el que tanto Washington como Islamabad buscan reiniciar las alianzas perdidas tras la retirada de las tropas estadounidense y la victoria de los talibanes en el vecino Afganistán.
El jefe del Ejército paquistaní se reunió con el secretario de Estado, Antony Blinken, y con el secretario general de Defensa, Lloyd Austin.
«La cooperación antiterrorista y la colaboración en defensa fueron identificadas como áreas centrales de cooperación», informó hoy en un comunicado el ala de medios del ejército paquistaní (ISPR) que no precisa detalles de su agenda.
Pakistán vive no solo una de sus peores crisis económicas, también el auge de ataques terroristas, con ataques casi diarios especialmente en las provincias de Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán, fronterizas con Afganistán.
El gobierno paquistaní ha acusado repetidamente al de los talibanes en Afganistán de dar resguardo al Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), la rama paquistaní de los talibanes, para llevar a cabo ataques transfronterizos.
«Esperamos asociarnos con el Gobierno paquistaní en materia de seguridad regional y cooperación en defensa», dijo en una rueda de prensa esta semana el portavoz del Departamento de Estado de Estados
Unidos, Matthew Miller
Mientras Pakistán es gobernado por un Gobierno interino a la espera de nuevas elecciones, Munir es percibido como el jefe ejecutivo de facto del país con gran influencia en los poderes públicos.
El también exjefe de los servicios de espionaje paquistaní estuvo desplegado en Arabia Saudita durante su carrera como oficial y estableció buenos vínculos con los países de Oriente Medio, a diferencia de sus predecesores que eran más cercanos a Occidente.
Esta primera visita es crucial cuando ambos países atraviesan una mala trayectoria en su relación después de que las fuerzas lideradas por Estados Unidos se retiraron de Afganistán en 2021.
Al mismo tiempo, la decisión de Pakistán de expulsar a 1,7 millones de afganos indocumentados es un asunto de preocupación para EEUU, que tiene en suelo paquistaní a un número incierto de excolaboradores que trabajaron para sus fuerzas en Afganistán, esperando visados especiales para EEUU.
Notiespartano/efe