Aunque es bastante común que los videojuegos encierren mensajes ocultos y otras curiosidades en forma de easter eggs (huevos de pascua), pocos misterios han supuesto en la última década un auténtico rompecabezas como lo fue el enigma de Trials Evolution.
Este juego de carreras desarrollado por RedLynx para Xbox 360 y Microsoft Windows provocó en 2012 una auténtica búsqueda del tesoro a nivel mundial.
Tal y como recuerda la BBC en un artículo, todo comenzó poco después de lanzarse al mercado Trials Evolution en Xbox Live Arcade, cuando los jugadores empezaron a descubrir una serie de tablones de madera que si se juntaban deletreaban un mensaje codificado que lograron descifrar y ver que se trataba de una serie de instrucciones para realizar una maniobra secreta en el juego que desbloqueaba una canción que, de nuevo, suponía otro acertijo.
Y así, enigma tras enigma, el misterio saltó de la pantalla al mundo real cuando los jugadores descubrieron un sitio web que mostraba las pistas y coordenadas para localizar cuatro cofres ocultos en cuatro lugares del mundo: San Francisco (EE UU), Sídney (Australia), Bath (Inglaterra) y Helsinki (Finlandia).
En los tres primeros cofres se encontraron llaves y placas de metal con el principio de una frase: «Parecía que fue hace una eternidad», que corresponde a un extracto de la novela Bajo la misma estrella, de John Green.
El interior del cuarto cofre contenía otra llave y varios objetos, entre ellos un reloj de bolsillo antiguo de 1916 y una placa de metal que tenía el siguiente mensaje grabado en su revés: «Mediodía del año 2113. Primer sábado de agosto. Una de cinco llaves abrirá la caja. Debajo de la Torre Eiffel».
De esta forma, los participantes de esta búsqueda llegaron a la última y definitiva pista del rocambolesco acertijo que en realidad nunca llegarán a resolver, ya que esa tarea corresponderá a futuras generaciones.
«El acertijo es realmente importante para mí, pues unió a las personas que querían resolverlo», ha asegurado en una entrevista en la BBC Antti Ilvessuo, el artífice de este gran enigma y fundador de RedLynx en 2000 junto a su hermano Atte.
Una década después, el creador del acertijo continúa sin revelar detalle alguno sobre él, si bien se ha tomado su búsqueda como una metáfora de cómo debería funcionar el mundo: «Para mí fue muy significativo. Siempre he dicho que hay que poder confiar en la gente, que la gente es inteligente y curiosa. Y la forma correcta de resolver los problemas del mundo en que vivimos es con personas así, trabajando juntas», ha dicho al respecto.
Algunos de los seguidores que participaron en este enigma consideran que su desenlace, aunque jamás lleguen a conocerlo, es todavía más emocionante: «Esa es la mejor forma de terminar: dándonos algo en el futuro», apuntan.