La economía de la zona del euro cerró el tercer trimestre del presente año en clara desaceleración, y registró en octubre un nuevo récord de inflación, un panorama que hace encenderse las alarmas por el riesgo de una recesión.
De acuerdo con la agencia europea de estadísticas Eurostat, el Producto Interno Bruto (PIB) de la eurozona creció en el tercer trimestre (julio-septiembre) un tenue 0,2%.
Según Eurostat, el PIB de la zona del euro había registrado un avance de 0,8% en el segundo trimestre del año, luego de un tibio desempeño de 0,6% en el primer trimestre.
Eurostat señaló que ese crecimiento de apenas 0,2% es válido también para el bloque general de la Unión Europea, es decir, incluyendo a los países que no adoptan el euro como moneda corriente común.
En el trimestre anterior, la economía general de la UE había experimentado un crecimiento de 0,7%, de acuerdo con Eurostat.
Simultáneamente, Eurostat mostró que la inflación sigue sin dar tregua y cerró el mes de octubre en 10,7%, un nuevo récord.
En septiembre el índice de inflación medido por Eurostat había sido de 9,9% (inicialmente estimado en 10,0%).
De las principales economías de la eurozona, Alemania experimentó una elevada inflación de 11,5% interanual, al tiempo que España registró 7,3%.
Francia registró la menor inflación de la eurozona en octubre, con un 7,1%, aunque en el otro extremo se sitúen los países bálticos: Letonia experimentó 21,8%, Lituania un 22,0% y Estonia tuvo el índice más elevado del bloque, 22,4%.
Inflación imparable
Eurostat señaló que, como ocurre desde hace varios meses, la inflación desatada es impulsada por los fuertes aumentos en los precios de la energía, que en octubre alcanzaron el 41,9%, comparado a 40,7% en septiembre.
Todos los otros componentes de la inflación también tuvieron aumento.
El segmento de los alimentos (que incluye también al alcohol y el tabaco) avanzó 13,1%, contra 11,8% en septiembre; los bienes industriales sin uso de energía aumentaron un 6,0%, contra 5,5% un mes antes, y servicios un 4,4%, sobre un 4,3% en septiembre.
El Banco Central Europeo (BCE), que a inicios de año trabajaba con una expectativa de una inflación «próxima pero inferior» a 2% en 2022, quedó bajo fuerte presión por la imparable subida de los precios.
La semana pasada, el BCE aumentó sus tasas de interés en 0,75 punto porcentual, que así pasaron de 1,5% a 2,25%, e incluso dejó abierta la posibilidad de nuevos incrementos.
Así, el bloque europeo se enfrenta a una mezcla explosiva de muy bajo crecimiento y elevada inflación, una combinación agravada por una seria crisis energética y la continuidad de la guerra en Ucrania, que tiene efectos en todo el continente.
Para los economistas de la consultora Oxford Economics una recesión en la región es inevitable.
«Con tantos datos en territorio negativo, se trata de saber cuan profunda será la recesión», apuntaron.
Para los expertos, el alicaído resultado del tercer trimestre fue levemente mejor de lo esperado, pero «una recesión para el invierno [boreal] es inminente».
La gravedad del panorama, señalaron los analistas de Oxford Economics, se extiende también a los esfuerzos para controlar la inflación.
«Las divergencias en los índices de inflación en los países de la eurozona se están intensificando, y eso torna las cosas más graves en materia de política monetaria», apuntaron.
Notiespartano/ElUniversal